Solicito paciencia en la espera.
El tumulto de las gentes angustiadas
se logra escuchar de una manera
cual quimeras que se parten derramadas.

Utopías y sueños muy poderosos
se dan cita y aguardan ser vividos.
Mientras tanto los momentos perimidos
se adueñan de la vida, jactanciosos.

Descendemos callados ajenos a nos
por imaginarias escaleras rotas
y, a los porrazos, nos caemos los dos.

Cuando el tiempo pasa inaccesible
al destino de repente lo agotas
en un sistema que deviene inestable.