Precisamente fue aquel el día en que me dediqué a resumir entre tinta y papel las desordenadas y deslucidas caretas colgando sin hilos ; con cada fricción de mis suspiros musitaban las conversaciones ,algunas veces desprendidas con hastío , otras más amenas , retratadas en la desidia permanente que encontré entre cada línea desperdigada en tus cuadernos .Incubado y difuminado por mariposas de papel distractoras, cada aleteo se inscribía en mis manos, resonando con la cadencia propia de mil granos de arena ,semejantes a un vasto desierto azul recubierto por montículos y bultos llenos de letras, tan volátiles y etéreos ; delicados y renuentes a recibir presencias ajenas a la mía

Sobre el pedestal sostenido levemente reposaba Damián , parecía siempre receloso , hurgando levemente con la mirada cada ves que erguía la cabeza , el sueño continuamente le venció , pues dejaba su figura la visión de una almohadilla peluda ensalzada ,con el honor de ser destacada entre tanta obra maestra que le rodeaba . Muchas veces fue mi regazo el reemplazo mas apropiado para tan importante sitial, nunca lo notaste y dudo ahora si alguna vez te haya importado.Para mi este contacto no pasaba desapercibido pues era el único trato que pudiera sentir como real; una ves inmerso en la ultima habitación tras el pasillo que daba paso, a la única buhardilla con vista a la glorieta

Grabé el austero paisaje monocromático con cada sesgada línea trémula en aquel trozo de papel amarillento, que apareciendo plasmada allí ,esbozada , emulaba con igual soltura a una de esas antiguas cartas sin leer ,olvidadas a su suerte . El sonido pareciese arrinconado tras los ventanales siempre luminosos, influyéndoles estos esa sensación de estar siendo siempre cobijado únicamente por tamañas fantasías, inocentes, escondidas y abrigadas en el corazón ermitaño de quien les infundía su vida, a costa de su sangre, también garrapateada entre papeles, casi sin parecer humana, incorpórea y desvinculada de las crudas realidades abrumadoras, que no lograban traspasar su impenetrable refugio en la vastedad de su imaginación.

En una rueda girando con sentido paralelo a tus latidos, abiertas las ventanas, me permitiste dejar entrar la naturaleza descaradamente encantadora; se quedaba de invitada haciéndome compañía aquellas tardes en que las palabras sobrarían, pues el reloj que te regía tras el escritorio victoriano planificaba tu destino, con un ritmo inverso a mi vida

A propósito caminaba por aquel pasillo, mucho tiempo permanecí observándote desde la glorieta; posada la cara en mis manos, descifraba cada mirada que se escapaba a tu afanosa labor sin objeto aparente. Mis tardes paulatinamente se fueron convirtiendo en travesías inventadas para llegar de improvisto,para captar directamente sobre mi alma, tu mirada desconsolada; quise arrebatarte la postura agazapada, tomar tus manos, bailar y sonreír, girando tontamente vigilados en la soledad de tu habitación. Esfuerzos divinos y puzzles inconclusos que se desvanecieron de un soplido insignificante, pues en aquella casa la soledad de tu noche florida paso a ser una simple anécdota, me esfumé junto a tí en arremolinadas nubes de melancolías. Solo yo y Damián juntamos valor para llegar a irrumpir la prístina perspectiva que llevaba al palacio en eterna mascarada, hundido en el océano, ensimismado con tus miradas perdidas.