Noviembre tiene ecos oscuros de recuerdos oscuros
Y entre sus pliegues se renuevan los días y se acomodan las horas
Como si fueran a quedarse para siempre.
Noviembre parece eterno y por su tumba se arrastran
Las polillas sin alas que olvidaron dormir.
Noviembre y sus luces ciegas alumbran olvidos descuidados
Que despegan los ojos y aúllan al cielo.
Noviembre tiene vida propia y se arrastra y crece y no muere,
Sólo se adormece sobre los sauces y llora.
Noviembre y sus aguas púrpuras en lentos riachuelos
Me lavan los pies y la cabeza, y tiñen mis días.
Noviembre pinta todo de negro en su permanecer fortuito
Con su amanecer errante se disculpa y sonríe
Y promete que todo pasará, que ya no duele y no duele más.
Y sueño esperando…
Noviembre trae la muerte, lo eterno y lo que no tiene nombre
Porque no debe ser nombrado o porque no existe.
En Noviembre murieron mis sueños y desperté,
Y supe que no quería soñar más entre sus pliegues luminosos
Que quería soñar imposibles junto a la ribera
Y descubrir que todo es nuevo y etéreo, infinito y fugaz,
Que para eso fuimos hechos.
Para caer y levantarnos por siempre,
Y arrastrarnos heridos como polillas sin alas
…olvidando el silencio…
Despega los ojos y aúlla al cielo.