Yo pensé que él ya no podría volver a vivir...sin mi,je. Que me le había metido en su dermis, en el capa dónde no llega ni el dermatólogo con un peeling al 80%. Je. Pero van 4 días y ni señales de humo, ni texto, ni codificado por facebook, ni nada de nada. Mañana domingo iré por una cosmo y leeré algo así: “Como lograr que ese chico que tanto te gusta te vuelva a llamar antes de las 24hs”. Je. No hay que despertar la líbido al cuete, no es sano. Tanto beso, piel y toqueteo no hacen nada bien, no, te lo digo yo; al menos sin dar el punto final (la famosa estocada). Pero bueno, no sé de que me quejo, verdad? La pasé bien, muy bien, tuve una linda sesión de sensualidad con un hombre interesante, simpático y que olía bien: primordial.
Y no hablo del perfume de marca, o la loción para despues de afeitar, o (si, lo sé, patetico!) del ultimo lanzamiento de desodorante Axe Dujour. Je. Hablo de su Olor con mayúscula, ese que viene con su persona y que aún estando con Marulanda en la selva colombiana durante 2 décadas, podría identificar: si, es Él (oh Shiva!). Pero no se repetirá, aunque pasen 20 años. Pude percibir el “adiós” en el beso final, un ínfimo roce de labios y run run, desapareciendo por el camino.
¿Qué hice mal? Soy mujer, i´m sorry partido feminista francés, que me haga esa pregunta no es “falta de autoestima” es genérica. ¿Porqué no propone si yo dispongo? Y lo hago ampliamente, je, como buena treintañera. Le dije “trabajas con la discriminación”. Sonó feo, lo sé. Pero uno no puede dejar de transmitir su escencia marxista a pesar de lo lindo que sea el bombón que se sienta enfrente. Su trabajo me pareciò decadente. Callarme la boca: imposible. Son los ideales de unión que sostengo y ni siquiera el deseo que siento por el picarón de enfrente es más fuerte que eso (aunque ahora el deseo me enferme idealmente en Do sostenido). Todo un año guardada para ir a revolcarme en los matorrales con un desconocido, je, lo que hice no tiene nombre (o si). Y desperté la serpiente ígnea. Siento en las entrañas la calentura que me tiene con insomnio noches largas, solitarias y desgraciadas, como un personaje más de Los hermanos Karamazov de Dostoievski (se sabe que no hay ficcion que supere la realidad). Será difícil volver a mi apacible, alegre y sereno día a día que me proveía mi vida de apartada castidad. Es difícil no cerrar los ojos y trasladarme, recordando lo sucedido, para luego seguir escribiendo lo que nunca pasó, percibiendo las sensaciones de la ficcion, dejándome llevar por la corriente, revolcarme con las olas y finalmente, descansar en la orilla...con el cuerpo descontraido, la mirada apacible, la sonrisa de monalisa.
Lo que no es y nunca será. Desencuentro urbano. Mi agonía, como tantas dentro del burgo. Intrascendente, ligera, inconsistente, neurótica...
Es asì
je