Ella lucia el vestido mas hermoso de la fiesta, y no me equivoco cuando digo hermoso, sutil pero el elegante tallado a su cuerpo y mágicamente acorde a su rostro. Esa es la palabra clave mágicamente porque de eso se trata esta historia, de la magia que hubo esa noche, de las miradas que mantuvieron si saber sus nombres.
El príncipe azul se acerco a la pista la tomo del brazo y bailaron, bailaron y no dejaron de bailar. Había algo entre ellos, era como si lo que sucediese hubiese estado previsto, como si el destino, llamémoslo nuestro Dios, hubiese decidido volver a reunirlos.
Unidas sus manos sentían una absoluta comodidad, cerca sus cuerpos temblaban de incertidumbre, pero la fiesta llego a su fin, la música dejo de sonar, el dj había recibido ordenes de que ya era momento de ir terminando la noche, los dueños del boliche empezaron a sacar la decoración que había sido puesta para ambientar el lugar, los jóvenes comenzaron a irse y sin saber porque, sin emitir una palabra ambos se fueron con sus rostros aun cubiertos por las mascaras que llevaban puestas.
Y seguramente esta historia continua y es que tendrá sentido si que alguien le interesa …