Al escuchar con ganas
mis dudas estériles
diste tu consuelo
en cada mañana
y en lugar de obstáculos
me abriste camino.
Por ello te suplico
con todo mi anhelo
que te unas con fuerza
los años que quedan.
Y si un puño cruel
golpea nuestra puerta
de común acuerdo
la dejamos cerrada.
Texto agregado el 11-11-2009, y leído por 265
visitantes. (6 votos)