Dícese de un hombre delgado y alto que salía de noche con su caballo a recorrer tierras lejanas donde perdió su capa la que no es algo vano sino algo que lo complementa con vigor y fuerza... El huaso era un hombre cálido, pero misterioso, lleno de pasión y locura, su sueño lo separaba un cerro; Sí algo tan normal para sus aventuras, sin embargo cada vez que se encontraba cerca de atravesarlo, este se hacia más grande y lejano y el sueño de llegar a casa se hacia eterno, los bravos del pueblo donde vivia el huaso señalan que aún ven por las noches buscar al jinete su capa, y que cuando esto pasa ciertas flores amarillas crecen por el camino donde avanza, dejando huella de su lucha y de su calma.