Primera Sinfonía
Acurrucado en las trincheras, sosteniendo temblorosamente el rifle entre mis manos, escuchando el sonido de la muerte haciendo su trabajo, sintiendo el fuerte latir de mi corazón golpeando mi pecho desde adentro. Mis palidas manos temblaban haciendo vibrar el arma, Nero posa su mano sobre mi hombro y le escucho decir con la seguridad y fuerza que siempre le respaldan: ¨Vuelve en si chaval, te necesito en una pieza, vamos salgamos de aquí¨. Nero corre encorvado por la trinchera, jalando la manga de mi chaqueta y sin dejar de gritarme -¡Baja la cabeza, que los tenemos encima!-, de pronto nos detenemos y Nero me mira a los ojos y me dice: ¨Exekiel, voy a correr hacia aquellas dunas, quiero que me cubras mientras lo hago, ¿lo tienes claro?¨. Por un momento sentí que el mundo se detuvo y mi corazón con el -¡Nn-no!, no puedo- se quedó quieto, aun me tomaba de los hombros y seguía con su mirada fija sobre la mía, solo dijo -Eres tú o soy yo, elige-, sin pensar y esto se podría tomar como un acto de estupidez para un novato, dije firmemente -Yo...-, Nero se alejo un poco de mi y sonrió, cerró los ojos y asintió con la cabeza, estaba orgulloso.
-continuación Sinfonía de Destrucción -2- |