INTERNET PELIGROSO
Había dado ya las nueve de la noche, cuando Juan y sus amigos salieron de casa, dispuestos a pasarla un momento agradable en uno de los bares de la ciudad. Juan el más chistoso y líder del grupo, propuso hacer algo divertido. Fueron a un bar que se denominaba la bandera de la diversión. Entraron ya a eso de las diez de la noche; Juan y sus amigos en total eran seis; pero minutos después de entrar ya solo estaban cinco; Juan y los demás pensaron que el amigo que faltaba estaría por ahí o en el baño, o quizá salió a comprar alguna cosa. Ya habían pasado más de treinta minutos y el amigo no se dejaba ver por ningún lado; cuando en eso el asombro de la gente del bar y el alboroto y los gritos; asomó el amigo en la mitad de la pista cuando sonaba una música suave y casi nadie bailaba; este traía la ropa rota, sucia, la mirada perdida, sus manos ensangrentadas y sus ropas corrían igual suerte. Toda la gente se quedó estupefacta y horrorizada por la escena. Juan y sus amigos se acercaron al sujeto y este era un ente que no miraba ni hablaba; inmediatamente llegó la policía y encontraron en el baño del bar un cadáver de una mujer, el que parecía una regadera de tantos agujeros propinados por un puñal que se encontraba en el piso. Llevaron detenido al muchacho, mismo que bordeaba los 19 años de edad. La intriga y el murmullo se hicieron dueños del lugar, todos comentaban sobre lo que había pasado y se tejían historias con el tinte personal de quien la contaba. Al día siguiente Juan y sus amigos fueron a visitar al presunto criminal en la cárcel, pero la visita fue infructuosa, pues el sujeto seguía en el estado en el que la policía lo había encontrado. Los padres del chico, desconsolados, con una tristeza abrumadora y sin saber qué camino tomar, pidieron por medio de su abogado que su hijo sea internado en un centro de salud por el shock en el que se encontraba; así fue, las autoridades después de múltiples exámenes piscológicos, dieron luz verde para su internamiento. Habían transcurrido ya más de cuatro meses del trágico suceso, cuando en el noticiero matutino anunciaban que en el mismo bar se había suscitado un caso exactamente igual a lo ocurrido con el amigo de Juan; la opinión pública, la prensa, la policía, el alcalde, se peguntaban qué es lo que está pasando; clausuraron el bar y se llevaron detenido al dueño, junto con el muchacho que victimó en esta ocasión a esta otra mujer. Las investigaciones vienen y van, pero nada se esclarecía sobre ninguno de los dos casos; pensaban que se trataba de una secta o algo así, pero al poco tiempo fue descartada, pues los muchachos victimarios, jamás habían tenido ningún tipo de problema con nadie, al contrario eran personas muy sanas y de muy buenos hogares. Sorprendió y conmovió a la opinión pública un tercer caso exactamente igual a los dos ocurridos con antelación, esta vez en otro bar de similares características. Las investigaciones se incrementaron tratando de desenredar el ovillo de estos macabros acontecimientos. Un policía que era un navegador contumaz del internet, se interesó personalmente por el caso; comentó a sus amigos del chat de las diferentes páginas en las que el participaba de lo sucedido en su ciudad; un día llegó hasta su correo una nota muy interesante para él, se trataba de una secta que se suicidaba en frente de personas honestas y buenas, con la creencia de que su alma entraría en ese cuerpo y podían vivir una vida mejor de la que estaban viviendo. Coincidentemente, todas las chicas supuestamente asesinadas por estos muchachos todos alrededor de 19 años, eran chicas con problemas en sus hogares, pero no problemas exteriorizados sino más bien ocultos por ellas mismas, es decir gente que sufría en silencio aparentando vivir una vida normal, gente que se sentía relegada por sus padres o su familia, gente que no encontraba razón para vivir. El policía empieza a investigar cada uno de los casos, pero lo hace al detalle, y llega a la conclusión que algo tenían que ver con la secta de la cual se enteró por internet. Hace un viaje a México, se dirige a la policía y averigua si algo similar se había suscitado en este país, pues los indicios de la información del internet, hacían presumir que la secta era o estaba radicada en México. Las presunciones del policía fueron acertadas; la policía de México dio información certera de que en ese país hubo tres casos semejantes. Se llegó a la conclusión que esta secta trabajaba por medio del internet; buscaba personas muy vulnerables, susceptibles y que estén atravesando problemas emocionales, es decir fáciles de convencer. Los muchachos, presuntos autores de los crímenes quedaron libres, pero siguieron en tratamiento psicológico, el cual no sabían cuando terminaría. Los locales cerrados recibieron los permisos de funcionamiento, aunque con ciertas restricciones y seguridades; nunca se dio con los responsables de esta secta ni de su ideología, pero quedó en claro, que los muchachos no habían dado muerte a esas chicas, sino que esas chicas se habían auto infringido las puñaladas, sin explicación para los forenses, de cómo tuvieron fuerzas para inferirse tantas puñaladas hasta quitarse la vida y cómo era posible que los muchachos utilizados para esto no se dieran cuenta de lo que realmente estaba ocurriendo, es un misterio. Llegaron a la conclusión por casos similares ocurridos, que estas personas con trastornos emocionales, por coincidencia o a lo mejor porque a ellas iba dirigido, sufrían algún tipo de hipnosis, con la cual eran capaces de soportar el dolor, y, más que soportarlo, estas disfrutaban de su dolor y extrañamente se llenaban de una fuerza descomunal y una vitalidad extraña que les hacía morir de pié infringiéndose sendas puñaladas, sumándole a esto, que cada puñalada en lugar de quitarles la fuerza, les daba más fuerza para lograr su propósito de quitarse la vida. Bueno y se preguntarán, como los chicos se involucraban en estos crímenes. ¡Fácil!. Los chicos, en realidad eran las víctimas, eran contactados por internet, por mucho tiempo, y llegada la hora, estas personas con trastorno, citaban a los mismos a un bar, de ser posible al mismo bar, pero con la condición que el encuentro debía ser en ese lugar y a una hora determinada; ellas pedían al diskjockey hiciera sonar cierta música muy ruidosa y a muy alto volumen, justo en la hora de haber planeado el asunto, con esto evitarían ser escuchadas por otra persona, y al parecer se presume, que alguien más ayudaba a evitar que más gente ingrese al baño. La mujer encerraba a su víctima en el baño, la seducía y hacía algún ritual tapándole la boca y los ojos, mientras ella se desnudaba le hacía tocar su cuerpo desnudo y así se propinaba las puñaladas, haciendo creer a su víctima que su contorneo movimientos, gritos y gemidos se debían a la maestría de su acariciar; para cuando el chico se quitaba la venda de los ojos, porque su compañera dejaba de moverse, ya todo había terminado; el muchacho al ver la escena entraba en shock sin poder reaccionar, salía como un ente sintiéndose culpable de lo ocurrido, confundido y totalmente fuera de sí. Todos los muchachos en realidad fueron usados para esto, fueron víctimas de lo sucedido, los elegidos para que las almas de las chicas que se quitaron la vida, entraran en sus cuerpos y estas pudieran vivir mejores vidas. Lo que no se puede explicar, de donde venía esa fuerza descomunal que hacía que las chicas logren su propósito victimándose con un puñal.
… Ojo con el internet.
FIN…
|