Escribe: maravillas
“La dicha del hombre consiste en hacer lo que es propio del hombre. Y es propio del hombre el trato benevolente con sus semejantes, el menosprecio de los movimientos de los sentidos, el discernir las ideas que inspiran crédito, la contemplación de la naturaleza del conjunto universal, y de las cosas que se producen de acuerdo con ella!
Marco Aurelio
(Meditaciones. Libro VIII – 26)
LA MILITANCIA DE LA ESTUPIDEZ
Lo de pensar a contracorriente se ha convertido en un acto titánico, no tanto por la agresión diaria y gratuita que se pueda recibir, que la espalda ya está bastante entrenada, y mi ego no se alimentó para tal fin, lo descomunal de ese ejercicio de pensar, de estudiar la realidad que vivimos, contrastar opiniones, no es para aprobar, con un aplauso general en un Foro o grupo de amigos, es para simplemente tomar nuestras propias y meditadas decisiones, para que después de vivir años, no sólo lleguemos a viejos,( si es que llegamos), sino a tontos.
Estos días leía en la prensa alternativa una entrevista que realizó la TV venezolana a un filósofo español, el resumen personal que hice fue que “somos lo que miramos o miramos lo que somos”, lo cual converge en lo mismo. Somos también el producto de nuestras lecturas. Ahora bien ¿las elegimos o nos las eligen? Es bastante frecuente encontrar que quienes menos conocimientos tienen traten de deslumbrarnos aportando un empacho de volúmenes sin ton, ni son. Pero eso es harina de otro costal. Lo que me tiene hoy ocupada en esta columna es el concepto y el acto de pensar y elegir nuestra propia y genuina manera de vivir. Conocer hasta dónde llega nuestra capacidad de aborregarnos, y el límite de lo tolerable, humanamente hablando.
Nadie se pregunta porqué compra el mismo producto recorriendo diez kilómetros cuando lo encuentra a la puerta de su casa. Tampoco sabe el porqué lee un determinado libro o se cuestiona la manera en la que recibe las noticias en los medios de prensa o televisión. Estar informado piensa que es escuchar o leer lo que le dan servido con el café y los churros. Y eso no es estar informado, a eso se le llama “militancia de la estupidez”, la única mundialmente globalizada. La información se busca, no la sirven a domicilio.
Decía un articulista, Edgar Borges, literalmente:
“Con el cuento del fin de las ideologías y de que las ideologías eran asuntos exclusivos de fanáticos, buena parte de la población del planeta ha terminado militando en la ideología de la estupidez.”
Lo de generar opiniones se ha convertido en un rin de boxeo ante la falta de criterio, porque el discernimiento nace del acto de pensar, de contrastar opiniones, de buscar información, y de cuestionar esa información si es necesario. Para cuestionar, debatir, discutir sobre un determinado asunto, hay que haber aprendido antes a dialogar, a conversar, argumentando, y para argumentar hay que documentarse, es decir salir a buscar esa información, y para eso, no necesariamente hay que mover las piernas, sino el principal motor que nos diferencia de los animales: la mente, donde se asienta la arquitectura del pensamiento.
Lo que suele reunir a un grupo de personas a debatir sobre un determinado tema es el interés por el tema. Lo más corriente es que nos encontremos en un foro de personas de formación y pensamiento heterogéneo, no en un “salón de té” de “incondicionales” amigas. Y ahí radica, precisamente, lo interesante de ese foro y grupo de personas que, posteriormente y en función de las afinidades de pensamiento, irán conformando sus subgrupos, con sus empatias.
Ahora bien, esa disimilitud no puede caer en la vulgaridad, la grosería, y mucho menos en la afrenta personal, porque como advierto en un párrafo anterior el “rin de boxeo” aparece sólo ante la ausencia de educación, de formación básica intelectual, y ante la falta de ejercicio mental.
Y siguiendo con el título que da origen a esta exposición, y para no caer en esa estúpida militancia, sería bueno que empecemos todos a generar más opiniones, sin miedo a expresarlas, sin levantar muros a la libre expresión y a la información, sin importarnos tampoco el que alguien se descuelgue de la quinta estratosfera de su “cielo”, para decirnos que, - “nuestro tema está gastado” - ; porque lo único que está gastado es un cerebro que no piensa, que no compromete su pensamiento, ni su conciencia, volcándolos en la escritura, para algo tan esencial, como lo es la defensa de la vida, la paz y la libertad.
Porque no seremos más felices, sólo más estúpidos, ejerciendo el oficio de la nada.
Alicia Cora (maravillas)
9.11.09 :18h00
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