Una relación moderna.
Un hombre abre su correo y lee el siguiente mail:
Querido Idiota:
Estoy demasiado molesta contigo y te lo debo informar. Son varias razones… pero creo que debo comenzar con cierta lógica.
Tengo que contarte un secreto, querido, pero me da algo de miedo. Te pido por favor, amor, que no te preocupes por mí. Yo tomé una decisión. Una que es mía y simplemente mía. Una que te excluye en todo sentido. Esta te juro que es la última vez que vuelves a mi casa con el perfume barato de tu amante. Sabes cuanto me carga ese olor a mujerzuela, ese pachulí. Logras enfurecerme, sabes. Detesto eso. También me enfurece que manche tu ropa con ese rojo ordinario de labial. Por más que limpio, por más productos que uso, no sale la porquería. Sabes lo ridículo que te vez con las camisas manchadas. No. No sabes. Como vas a saber, si ni al espejo te miras en casa. Yo estoy segura, querido, que te remuerde la conciencia. Que no pase, mírate al espejo de cuando en cuando. Así verás que planchas muy mal tu ropa. El punto no es ese. El punto es lo que decidí. Amor, lo siento tanto, pero tuve que hacerlo. Fui a donde la fulana aquella. Si lo se, no querías que nos encontráramos, pero era por mi bien estar. El asunto es este. Te lo escribo para que no me mires feo cuando te lo cuente. Quizá desde ya notes la diferencia. Le regalé un perfume bueno, un Oscar de la Renta. Además me tomé la libertad de aconsejarla. Nunca besar el cuello de la camisa con rojo, mejor tu cuello o tus muñecas. No puedo llegar a creer que no le contases que es tu punto débil. Ahora ella me agradeció, y casi se infarta cuando le dije quien era por el citófono. Me causa curiosidad que no le comentases sobre nuestra moderna relación o que no lo sospechara. Creyó que quería golpearla, como si a mi me importase un comino lo que haces con tu vida. Se disculpó además, es una buena niña, pero algo estúpida. Por qué insistes en involucrarte con taradas. Allá tú, en todo caso. Esa era la decisión que tomé. Espero no te moleste, de ahora en adelante tú pagarás el perfume decente y si vuelve a mancharte una camisa, cortaré el pedazo. Ya te advertí, no te hagas el que no sabe luego. Por cierto, aquí además te adjunto las deudas de la casa, que olvidaste en casa. So bruto. Con todo el desastre que hay en mi hogar y tú dejas tiradas todas las cuentas y luego olvidas los montos. Hoy a la noche hay salmón, así que intenta llegar temprano. Federico quiere jugar contigo y yo tengo que ir a mi clase de Yoga con Raúl, que por cierto te mandó saludos cuando hablamos hace un rato. Algún día podríamos hacer una cita doble. Tú sabes, yo con Raúl, tú con Adriana, quizá en la casa de veraneo. Sin Federico, claramente. Bueno ahí veremos. Acuérdate de publicar en el periódico el aviso de que se busca empleada. Es tan desagradable saber que por tu culpa ya no tenemos a la Adriana trabajando en la casa y que me toca trabajar a mí.
Siempre tuya, tu mujer que te estima.
Amanda
P.D.: Ojala que la nueva empelada sea vieja, siento que así no la perderemos de nuevo.
El hombre sonríe y comienza a redactar.
Estimada:
Te agradezco tanto el gesto, no sabía que te molestaba. Lo tendremos en cuenta. Mándale saludos de vuelta a Raúl y dile que espero que me haga la clase del sábado. Tú sabes lo tenso que estoy. Ya mande un correo al periódico, con todas las especificaciones. Espero lluevan mujeres para el trabajo. Debemos admitir que como dueña de casa, te prefiero no haciendo las cosas. La ropa de Fede esta esparcida en su pieza, la tuya para ni hablar y si, es cierto, no se planchar. Al menos debo darte crédito porque cocinas maravilloso. Queridísima mía, lo único que debo decirte es que hiciste mal en darle ese tip a Adriana. Ahora no me dejará en paz y no podré adecuarme a los horarios. Pero bueno, no te lo dije yo.Es mi culpa. Es tan insistente la muchacha. Por lo tonta quizá. Me involucro con tontas por la sencilla razón de que puedo abandonarlas más fácil y no me exigen mucho. Pero olvida la idea de los cuatro, Raúl es muy agradable, pero se que mis gustos no van con los tuyos o los de él. Lo bueno de casarme contigo es que soy libre y soy respetable, tengo a quien presentar en sociedad y a quien encadenar a mis deseos. La vida es un idilio maravilloso. Amandita, llegaré entonces a ver a Fede y disfrutaré tu salmón. Lo único que te digo, pobre que Raúl vuelva a abollar la reja de la entrada cuando te venga a dejar. Si pasa, él lo pagará. Esta claro.
Tuyo.
P.D.: Pagado todo, desde anoche. No hagas escándalos innecesarios.
La mujer que recibe el correo, tras leerlo, se dice. Esto es el paraíso, y el Amor, entendimiento perfecto. Mientras un niño, que faltó al colegio por tener fiebre, piensa que sus padres son los seres más felices de la tierra. Pobre infante jura que su amor es eterno e irrompible. Poco sabe sobre la sociedad de pañuelitos desechables. Una mujer, que tiene un collar que dice Ani, se pregunta cuando su amado dejará a su mujer por ella. Un tipo llamado Raúl se involucra con un joven bastante atractivo. Cosas de la vida, inocencia de niños, enredos de correos y el siempre intachable amor de parejas.
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