“Las impurezas que quedan en las enfermedades después de una crisis, suelen producir recaídas”, decía Hipócrates. Crisis, como todos sabemos deriva de “Krisis”, que hacía referencia a una “decisión” y que procedía a su vez de “Krino”, un verbo con que los griegos anunciaban que iban a “separar” algo, ya en español se interpreta como “el momento en que se produce un cambio muy marcado”.En euskera me gusta el término “Krisialdia” o época de crisis. Ahora bien, yo creo que estamos interpretando, cada uno leerá una significación en su mente y cada uno verá su propio símbolo, una forma y contenido en como esa crisis lo afecte.Pero hay algo que noto, todos nosotros, el popolo minuti, lo vemos o descubrimos después que ha llegado y a pesar de variados anuncios y alarmas, siempre nuestro enfoque es posterior o tardío, es un desenlace. Entonces pienso que si somos “muchos” aquellos que no distinguimos lo que sucede en tiempo real, creo que perfectamente debe haber “pocos” que SÍ lo comprenden y tranquilamente disponen de su poder y estructura para reinventarse ciclos donde les quede una buena tajada de esa especulación. Todo está a la vista pero nadie quiere ver nada.Es tan sencillo como tomar la palabra “Hipócrates” y leer Hipo, caballo, y Krató, mandar, dominar, “el que dominaba los caballos”, (debe haber empezado como veterinario) está ahí, pero no lo advertimos.Mi intención es intentar entender que todo ese poder se basa en nuestra mas simple desidia. Esa pereza interior, la de “muchos”, los mantiene eficaces, a los “pocos”. Es increible.