¿Por qué la mayoría piensa que la palabra no sirve de nada? Pero la palabra bien empleada, bien escrita. Es tan grande su poder con sus formas, reglas, géneros y estilos que es imprescindible su correcto uso. La expresión es un arma de doble filo. Puede conquistar y destruir. Puede crear, formar, dar, convencer o conciliar; entregar miles de emociones y sentimientos, buenos o malos. Se puede halagar o ser despectivo con ella. Me parece extremadamente terrible que se menosprecie al arte de la escritura ¡Es una ciencia! ¿Cómo hacer entender a los incultos e incrédulos de su magia?, qué no es sólo escribir por escribir. La poesía no se reconoce como debería, la profesión de literato o poeta es muy subestimada, qué decir menospreciada. ¿Que de qué sirve?, o ¿qué se logra? -me preguntan, -como si todo se tratara de un conjunto de situaciones gozosas y satisfactorias, y de manera única anteponiendo el lucro sobre todo-… ¿Para qué sirve la retórica bien empleada si no se le prostituye? si no percibo un incentivo económico. ¿Que para qué escribo? ¡Si no sirve de nada!; -me han dicho que me una a un supuesto mundo real, pero apático por la literatura, ¡qué deje mis sueños!... Y las figuras retóricas y literarias me abandonan hoy, precisamente hoy que quiero expresar lo que me entregan los sintagmas, los versos, la fonética, la gramática, la prosa, el verso libre. ¡En fin! la palabra bien empleada, ¡embelesada!, escrita con los arrumacos de una pluma, un lápiz o un bolígrafo.
No encuentro metáforas oportunas para ampararles. Sólo me viene a la mente el empleo de un recurso llamado “polisíndeton”, -la figura de repetición de conjunciones,- ¿Y por qué este poeta quiere transmitir sus sentimientos? ¿Por qué no haces un trabajo normal y cotidiano? y yo pienso…y el vulgo me cuestiona, y no encuentro argumentos suficientes, creíbles y claros a sus ojos... y ellos tratan de persuadirme con el poder de sus lerdas y burdas palabras. Pero aun más… ni me entienden, ni proponen, sino que al contrario, sólo quieren que abandone el hábito y su magia, que desista a sus idilios... Y las musas me dan la espalda cuando más les necesito ¡de una manera imperativa! Para no claudicar, trato de defender a la escritura como un estilo de vida, no sólo como pasión… y ellas caprichosas me abandonan. De qué sirve saber el empleo correcto de la métrica, la rima, la cadencia, redacción y correspondencia; diferenciar entre denotación y connotación o significado y significancia; cuando precisamente ahora que trato de usarlas justificándoles todo parece confuso. Evanescente es la sintaxis, la ortografía pierde su importancia, la lingüística se me va de las manos, el cántaro de la inspiración se resquebrajo y se mino el numen. ¿Cómo expresar y describirles lo que entregan unas simples líneas bien escritas, bien articuladas? ¿Cómo escribir un ensayo perfecto hablando precisamente de él mismo? de su estructura, ¿Cómo escribir uno que sirva para defenderle? ¿Cómo inspirarme y crear poesía? no para enamorar sino para que no perezca ella misma ¿cómo escribir una novela que prevalezca sobre los programas de televisión de dudosa calidad? ¿Cómo describo la importancia y la magia que regalan las letras? ¿Cómo decir que si no existimos los escritores se extinguirán los lectores? Y el cuento que estoy escribiendo…¿si le dejo inconcluso? ¿Qué pasaría si todos los que escribimos hacemos lo mismo? ¿A dónde iría a parar la literatura? El habito a ella hace mejores humanos, concientiza, sensibiliza y amplia la perspectiva de la vida, crea criterios más amplios y vastos; así como hace crecer nuestra autoestima y conocimiento. ¿Y por qué no decir que enriquece el vocabulario y aumenta nuestra elocuencia?.
Tomemos conciencia de la importancia de las letras, de la buena literatura y su correcta lectura en todos sus géneros y en cualquier etapa de nuestras vidas; lo que nos entrega… Ella no distingue de clases sociales ni edades. No diferencía la capacidad cognoscitiva o preparación académica. No sabe de religiones o razas. No le importan las ideologías, dogmas o idiosincrasia. Los idiomas y estilos ¡Le valen madre! por eso existe un género para cada uno, y miles de escritores para encontrar a nuestro autor favorito.¿Qué hubiese pasado si Cervantes desiste en la creación de su Quijote, o qué tal si Homero decide no escribir La Iiliada y la Odisea O Virgilio la Eneida? ¿Dante Alighieri a quién tendría como guía del infierno y del purgatorio en su Divina comedia? ¿Qué sería de nosotros sin las maravillas de El llano en llamas o Pedro Páramo de Rulfo, o sin el Sueño de navidad o el Confabulario de Arreola?. Si Allan Poe, Oscar Wilde o Shakespeare hubieran decidido tener otra profesión, nunca habríamos apreciado la belleza de sus obras; todos seriamos “un cabrón” Lobo estepario como el de Herman Hesse. No cabe duda que sin las letras y sin los libros al igual que García Márquez sufriría cien años de soledad… Sin literatura “Una pinche jodida y amarga soledad”.
Se le debe a las letras un pódium especial, se le debe a la escritura el estudio que merece, la constancia, la devoción para madurarla, encumbrarla y llevarla al que la aprecia. Es ardua la tarea del literato, no es fácil tratar de no trascender él o ella en lo escrito sino dar un paso al lado para que brille por si sola. Una vez efectuado el traslado creador a creación queda sujeta como propiedad del mundo... Cuántos han hecho de sus vidas sendos monasterios solemnes y solitarios a causa de las letras; pobres, miserables pero monstruos de la literatura. Trascienden las letras incluso después de la mente que las creó. Cuántos por ahí olvidados, moribundos en su pobreza, con sus sueños de grandeza rotos; sin embargo quedaron escritos de por vida. Lanzaron al mundo lo mejor que tenían de si mismos y luego se fueron.... las letras son así, veleidosas, mañosas; pero la única porción de magia verdadera que alegra el alma y la eleva.
(online)
Agradezco de corazón a mi amiga Online por el aporte a este texto que con su comentario lo complemeto de un forma perfecta
Alejandro Ornelas
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