Dicen que hice un largo viaje, desde otras tierras a esta parte, que dejé por el camino muchos recuerdos y que abandoné la suerte a las malas artes. Dicen que di con los huesos en la cárcel, donde se mezcla fiesta con arte, que por las calles paseo mis costumbres y mis años por las clases.
Dicen que el duende no muerde, pero que sabe bien a quien elegir, que cuando llega se retuerce entre tus recuerdos y se va si no hay nada que decir. Dicen que vive en cualquier esquina y paso buscándolo por sitios que ni recordaba, no vivía el muy hijo de puta en la tierra de la idolatría, ni atiende cuando cierras la ventana. Dicen que vive en un barril de vino, en cualquier bar de la calle de la muralla, si pasas por la vera te recita y si pasas de largo se enfada. Dicen que sabe más que nadie de mujeres, pero amanece solo todas las mañanas, sus amantes son las musas y su diversión levantarles la falda.
Y yo… tan solo me muero por un día de playa, sentado al anochecer en la orilla sin mojarme los pies, tan solo quiero que las olas que me llegan me traigan recuerdos, sonidos y las musas me susurren que al caer el sol todo será mejor que ayer. Solo busco el encuentro con el pasado que nunca llegó a marcharse y se parece demasiado al presente que mis ojos ven, en la arena escribo mi nombre para que viaje y vea lo que mis ojos miopes no llegan a ver… algún día mis cenizas se encontrarán, por casualidad con él.
Menos mal que aún quedan tardes de terrazas, cafés, sofás en la madrugada, cuenteras de teléfono y alguna visita esporádica, Julio con sus remos y funcionarios que echo de menos. Menos mal que aún existe la sierra y una higuera, que aún sin quererlo, hizo que la caminata mereciera la pena.
Y digan lo que digan aqui he nacido, he crecido y aqui me quedo, digan lo que digan aqui suelto mis raices para que se las coma el mundo, donde la luna es mas gitana y donde las calles presumen de su olor a vino.
|