Espejuelos plateados
Surcan la mañana,
Traen mensajes difusos,
Abren las puertas del cielo.

Pulcros soles doran las hojas
Renuentes de la primavera
Irisados sean los sauces,
Más la lluvia se desata pronto,
Anéganse los senderos
Vientos crudos escoltan la tarde
El frío esparce sus témpanos
Regresan luego las flamas
A poner orden y concierto.

Ningún mortal está seguro de
Acertar con el día de mañana
Caerán torrentes o será cálido,
Invierno cruel, verano violento,
O reguero de hojas mustias.

Llora el hombre, luego ríe,
O la impasibilidad le hace pasto,
Cambia según sea el rostro con que
Amanezca la mañana veleidosa…