Con el corazón roto, su palpitar sin fuerza y las lagrimas rodando sobre su mejilla, sabe que tiene que respirar profundamente y fingir que absolutamente todo esta bien.
Todo comienza cuando perciben un olor agridulce, casi lo puede saborear, busca con la mirada que lo produce, pero en poco tiempo recuerda que tiempo es lo que le falta
Sin tan solo el tiempo fuera como un niño, todo tan eterno, todo tan lejano.
Este venenoso veneno que corría por tus venas, sí, definitivamente el tiempo no estaba a su favor.
En el preciso momento que se mira en el espejo- ¡toc , toc, toc!- voltea persiguiendo el sonido, ¿Qué será?¿quien tocara?¿debería abrir?. Probablemente se trate de quien `pensaba en ese momento, y si debería abrir, cuidadoso como un venado al salir a la pradera. Abre y descubre que así como lo imaginaba se trataba de nada mas y nada menos que la única persona que hubiera dado lo que fuera por no verla.
Empieza poniéndose base y polvo enfatizando su nariz de loro, defecto que siempre había odiado, pero que mas daba si la ha tenido durante tanto tiempo, probablemente pueda sobrevivir un poco más con ella.
Debe enfocarse, visualizar su energía, meterse en el papel que tiene previsto realizar. Mientras se concentra en ese lugar tan poco concurrido, imagina que esta lleno de gente, después de todo es un paranoico agorafobico, debe tener mucho control sobre si mismo ya que va a exponerse ante tanto publico como lo tiene previsto el productor, si tan solo ella lo quisiera, si tan solo no fingiera su inexistencia y fuera capaz de amarlo.
Aun no puede creer lo que de su boca Salió, todas esas palabras retumbando en su cabeza, - ¡Estas loco tu no eres, fuiste ni será nada mío, déjame de acosar eres un enfermo aléjate de mi!- como le duele, como se atrevió a decirle eso a el después de que le dio todo, ella le pago engañándole enfrente de sus narices dando su cuerpo de un extraño.
¡Tercera llamada, tercera!- se levanto y camino, si alguien lo hubiera visto 10 minutos antes no lo podrían reconocer, inspiraba confianza y con paso seguro llego al escenario con la luces en su cara, su sonrisa de oreja a oreja, y todas las mirada posadas como mariposas sobre el.
En el transcurso de la obra su cómico personaje fascina al publico, al terminar la función el la lluvia de aplausos cae rendido y la audiencia al darse cuenta de lo sucedido suelta un grito ahogado, mientras el querido actor solo se queda tirado sonriendo como lo implicaba su personaje, solo, sin pulso, sin dolor, sin agonía y ni una lagrima rodándole en su mejilla, simplemente en paz.