Pido información sobre él. Cualquier dato será gratificado. Él no tiene precio, porque es alto su valor.

Me urge encontrarlo de nuevo. Ayer, simplemente se extravió. Lo dejé por un instante y desapareció. Al abandonarme dejó un millar de rosales, que siguen floreciendo, pero que olvidaron hablar.

No sé si se fue o tan sólo se perdió.

Necesito encontrarlo y saber de él. No sé su nombre, ni siquiera imagino en donde nació. Sólo supe que un viernes falleció.

Pero, no lo creo. Él es mi amigo. Tuvo el descaro de cargarme en momentos de agonía e incluso me hizo reír. Me demostró que sabe todo de mí: Mis penas, tristezas y las ganas de vivir. Incluso conoce aquellos secretos, de los que me es imposible hablar.

Siempre me escuchó. Tocó mis lágrimas. Me abrazó ante el miedo que me da la oscuridad. Caminó a mi lado, cuando la luz del cielo se extinguió; y me tomó de la mano, para pasear junto a mí por las calles grises de la soledad.

Me apartó del dolor y me envolvió. Me pidió perdón, sólo para que aprendiera a perdonarme. Me cubrió en un mar de amor, iluminado de púrpura, amarillo y azul. Me levantó para que dejara de andar a gatas. Buscó un plan para hacer mis sueños realidad y cumplir todos aquellos, que aún no había soñado.

Me enseñó a acordarme de mí. A ver la diferencia entre amor eterno y eterno amor. Donde se combina la pasión, la necesidad, el deseo y la amistad. A descubrir que el mejor tiempo es éste. Y que todo llega sólo en el momento justo.

Así que si alguien sabe de él. Sólo le pido información. Y prometo que a su vez, la compartiré. Porque si él no está en mí, no tengo más que ser y no tengo nada para dar…