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Escribe: Maravillas
Las horas vuelan
y nos sentimos ir...
Y las palabras nos siguen mojando,
con su abrasadora y limpia sabiduría.
A veces no es necesario desplazarse
para sentir ese vacío,
que se ha llenado y…
vuelve a vaciarse.
Leía estos días la presentación de una obra (1)“ 25 poetas: la poesía como un arma”. Una antología de poetas que lucharon con su pluma contra el fascismo, por la defensa de la causa de los pueblos, en defensa de la vida, y por la revolución. “Poesía necesaria, como el aire que respiramos..”, decía en sus versos, Gabriel Celaya. En esta obra hay poesías que lloran a los caídos, que apuestan por la victoria del hombre, que lamentan el exilio, y que denuncian la injusticia. La poesía militante, no como adorno, sino como compromiso.
Entre los poetas están: Miguel Hernández, Pedro Garfias, León Felipe, Antonio Machado, César Vallejo, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, María Luisa Carnelli y Nicolás Guillén, entre otros.
En su introducción (1) dice:
“Entiendo que todo teatro, toda poesía, todo arte, ha de ser, hoy más que nunca, un arma de guerra. De guerra a todos los enemigos del cuerpo y del espíritu que nos acosan, y ahora, en estos momentos de renovación y revolución de tantos valores, más al desnudo y al peligro que nunca. Miguel Hernández, en su nota previa a Teatro en la guerra, 1937 La poesía como un arma y las razones de esta compilación
Existe una vieja y superada discusión en torno al carácter del arte y la poesía. Esta discusión, no por vieja y superada, ha dejado de tener vigencia: ¿debe la poesía ocuparse de temas coyunturales, sociales, políticos? ¿Puede abordar estas temáticas, o tiene que mantenerse «pura», al margen del devenir histórico? Decíamos que esta discusión es vieja y ya debería estar saldada. Pero la propagación constante de muchos argumentos añejos y cientos de veces refutados sigue planteando la necesidad de dar respuesta. Quienes afirman que la poesía debe mantenerse indiferente a los mal llamados temas sociales (todos lo son de algún modo), excluyen con arbitrariedad un tema que es tan propio del hombre como el amor o el deseo de trascendencia: la lucha cotidiana. Para los cultores de la «pureza » en la poesía y en los peldaños más altos del mundo de las letras, la lucha social, lo habitual, resultan temas forzados y artificiales. Existe una visión estereotipada de la poesía que la define como un lenguaje hermético, inaccesible, referido solo a temas metafísicos... Ante esta postura podemos preguntar: ¿por qué algo tan humano como la lucha por la justicia debe permanecer al margen de lo poético? ¿No hay poesía en los cantos heroicos, allá por el origen de las letras, cuando los pueblos forjaron su identidad en una historia y un proyecto comunes? ¿La épica no es poesía? Cabe agregar a estas preguntas, con especial interés para quienes creen que la poesía y la vida deben marchar divorciadas, si lo que realmente les resulta irritante es la relación entre poesía y vida cotidiana. Quizás sea eso, o quizás, el hecho de que esa poesía muchas veces descalificada por la Academia sea portadora de una mirada histórica desde abajo, con una óptica plebeya y no oficial, visión contraria a la que nutría las antiguas épicas.”
La palabra tiene que tomar partido, ya sea en prosa o en verso. Escritores y poetas denunciaron el fascismo, los campos de concentración y la persecución a intelectuales, prácticas luego repetidas por las dictaduras pro yanquis en toda América.
La poesía revolucionaria no mata, no asesina, clama justicia y libertad. Su arma es la pluma, su plomo la palabra justa, caricia que despierta la conciencia y le brinda potencialidad.
Hasta aquí, esta compilación que intenta ser, además de una herramienta, un homenaje a todos los poetas en busca de cambios, comprometidos en su integridad de seres humanos ¿Hay mayor poesía que ser humano?
Hace un mes me avisaron de la muerte de Cintio Vitier. Poeta y crítico cubano. Fundador de Orígenes, junto con Juan Ramón Jiménez, Lezama Lima, y su esposa, Fina García Marruz, entre otros intelectuales y escritores cubanos y españoles. La muerte de lo sagrado en la poesía, así nos lo define en su “Obituario”, Gerardo Muñoz, quien llega a afirmar:” ¿Puede un mundo en constante resurrección como el de Cintio, sencillamente morir, fugarse, mudar sus halos y dejar de perdurar?”
Sencillamente, no, - le respondo -. Y afirmo:
Vivir intensamente es lo que hace el Poeta.
Meditar en la esperanza,
Curvar el mar de silencio
Arrancarle al árbol de las palabras
páginas enteras,
auroras de libertad
certidumbres asombradas
rompiendo el liquen al dolor humano.
Como decía José Martí: “Vencedor de los dulces ruiseñores”
“¿Murió?.... Sólo sabemos/ que se nos fue por una senda clara/
diciéndonos: Hacedme un duelo de labores y esperanzas/ “
Antonio Machado
Y hasta aquí esta columna. En la próxima hablaré sobre "la militancia de la estupidez". Es un asunto de felicidad ¿quién desea complicarse la vida?
(1) Más información sobre este libro "Poesía como un arma" en: http://www.oceansur.com/product/poesia-como-un-arma/
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Texto agregado el 03-11-2009, y leído por 372
visitantes. (13 votos)
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Lectores Opinan |
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08-11-2009 |
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Hermoso tu escrito***** peregrino10 |
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07-11-2009 |
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Si el deseo de justicia, el deseo de libertad son sentimientos arraigados en el ser humano -como creo que es-, al igual que lo está el deseo de amar, entonces el poeta no sólo está autorizado para convertirse en luchador social, está obligado a luchar por la justicia, por la libertad tanto como por el amor. Aplica también para el pensamiento expresado en prosa. La poesía ha sido, al través de la historia, arma peligrosa para las dictaduras, contra la injusticia que pisotea la libertad. Un espacio dedicado a la literatura -sea prosa o sea en verso- no debe cerrar las puertas a la lucha social por la libertad, por la justicia. Gran aportación, Alicia, y dejo cinco estrellas por los escritores que son perseguidos por sus ideas. Gracias por esta columna y espero la próxima que anuncias. borarje |
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05-11-2009 |
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Saludo este escrito de Maravillas. Creo que tiene la pasión indispensable para hacer cosas valiosas. Hay que motivar a los artistas a hacer obras que toquen los temas sociales, los dolores y conflictos, la explotación y los discrímenes y otros males que atacan al hombre en su vida social. Sin embargo, eso no debe concebirse como un deber sino como una exhortación, una motivación, un llamado a sensibilizar la obra con esos temas. No obstante, creo que Altorcán tiene razón en que no es obligación ni deber. Sino instinto, intuición e inclinación temática que le sale al escritor o no le sale. La mejor muestra es que hay muchos escritores -como Cortázar- que escribieron muy poca literatura social, y sin embargo, en su vida diaria, estuvieron siempre a la vanguardia en solidaridad con los movimientos político-sociales-culturales más avanzados. Porque, como dice Altorcán, no es como escritores que tenemos el deber de preocuparnos por los problemas sociales, sino como hombres que tenemos el deber moral de colaborar en la búsqueda de un mundo mejor. Reitero mi felicitación a Maravillas, porque su artículo ha suscitado este buen diálogo, además de que es muy válido y merecido el homenaje que hace a esos excelentes autores, que han practicado con alta calidad, la literatura social y política. delfinnegro |
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04-11-2009 |
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Cada vez que escribimos, sea en verso o en prosa tomamos partido. Aunque cantemos a la primavera o al vuelo de los pájaros, o a los colores del arcoiris lo haremos desde nuestro punto de vista, los hechos vividos nos influirán y tomaremos partido. Vivimos en sociedad y ésta nos influye y esa influencia la dejamos reflejada en nuestras letras, sea cual sea el tema que tratemos. Por otro lado la literatura social es una más, ¿por qué la poesía iba a quedar al margen? ¿por qué, si es una celda más de la colmena que forma la vida? m_a_g_d_a2000 |
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04-11-2009 |
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No existe una poesía social y otra asocial o no social. Sólo hay dos tipos de poesía: la buena y la mala, y como a ésta última no podemos catalogarla de poesía, diremos que la única poesía que existe es la buena. La buena poesía social es encomiable, pues consigue conjugar la belleza expresiva con la fuerza de la denuncia y el valor del compromiso. Pero es muy difícil, y si no se hace bien, se queda en mero panfleto. Por eso no creo que debamos imponer al poeta la obligación de escribir sobre temas sociales. La obligación de procurar la justicia y clamar por ella nos corresponde como seres humanos, no como poetas. En esta condición, en cambio, cada uno ha de tener la libertad de expresar su sentimiento. Si lo consigue con belleza, sea sobre el tema que sea, ya habrá brindado una buena aportación a sus semejantes. altorcan |
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03-11-2009 |
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No es un derecho de los poetas expresar las injusticias sociales en sus obras... es un deber. Que el compromiso asuste es diferente. Pero los verdaderos poetas son valientes, arrojados y descididos.Excelente tema para reflexionar. Un abrazo. Azel |
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03-11-2009 |
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No, no estoy de acuerdo en que la poesía debe mantenerse ajena a los problemas sociales, ya que la poesía, para mí, debe plasmar todo cuanto vive el ser humano: amor, sufrimiento, política, historia, muerte, entre otras cosas. Entonces, ¿cómo se puede cultivar una poesía donde una parte del ser humano se ignore y la otra se enaltezca? Ya decía Fernando Abad, en un festival de la poesía en Medellín, Colombia (2007): “Urge una revolución poética de símbolos grandes y aguerridos vanguardia del espíritu, de la sensibilidad, de la poesía. Poesía para organizarse, congregarse, unirse, participar, comunicarse… insurrección, revolución, revolver, perturbar y, sobre todo, construir.” Basados en este premisa, sería absurdo plantearse que la lucha por la justicia debe permanecer al margen de lo poético. Como se establece en el texto que hoy nos regala La prestigiosa Columna del Miércoles: “la palabra tiene que tomar partido, ya sea en prosa o en verso.” No se puede seguir creyendo que la poesía sea sólo para hablar del amor y del sufrimiento, ya que como bien lo reza el contenido de este texto: no hay mayor poesía que el ser humano. Gracias Maravillas, una vez más, y gracias Borarje por enseñarnos algo nuevo todos los días. Un abrazo a ambos.
Sofiama |
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