Duerme corazón,pues ya es momento de soñar desprendiéndose del tiempo y adivino un latir ya muy cansado en un pecho doliente y olvidado. Dormita corazón, ¡estamos vivos!, debemos soportar ese castigo; vivir... y dormir para vengarnos de la vida empeñada en torturarnos. Soñemos corazón, pues tengo miedo del hórrido sol y de su fuego, tengo los ojos tristes y mi mente te niega, te cela y te desmiente. Duerme mi corazón, ¡estás herido! porque su noble ser no está contigo... duerme por fin y así la suerte te llevará en silencio hacia la muerte. Halfas ° Dimarceleit
Texto agregado el 10-06-2004, y leído por 186 visitantes. (3 votos)