Esta noche no cantes, divino cuervo,
hoy déjame a solas con mi cuerpo,
hoy deja mi ser inerte y muerto.
Esta noche no cantes, presagio incierto.
Esta noche no llegues, divino cuervo,
deja que el violín triste solloce
y haga del sufrir su eterno goce.
Esta noche no llegues violento y tierno.
Esta noche no vengas, divino cuervo,
es noche de espinas y navajas,
noche de sepulcros y mortajas.
Esta noche no vengas a mi desierto.
Esta noche no vueles, divino cuervo,
descansa tus alas ya del viento,
únete al compás de mi lamento.
Esta noche no vueles en nuestro averno.
Esta noche no llores, divino cuervo,
hoy rompe el silencio y las cadenas,
hoy deja que goce de mis penas.
Esta noche no llores en mis adentros.
Esta noche no grites, divino cuervo,
oculta el misterio de mis ojos
y deja que estallen mis enojos.
Esta noche no grites mi cruel lamento.
Esta noche no beses, divino cuervo
con tu pico mis rosados labios,
hoy deja latir mi inmenso agravio.
Esta noche no beses mi piel de hielo.
Esta noche no abraces, divino cuervo
mi pasión con tus oscuras plumas,
hoy me pierdo entre la eterna bruma.
Esta noche no abraces mi ser con miedo.
Esta noche no tiembles, divino cuervo,
déjame morir, pues, congelada,
contempla hermosa, mi piel morada,
esta noche no tiembles en tu desvelo.
Esta noche no vuelvas, divino cuervo:
me postro ante tí y ante tus alas,
hoy no duermo amada entre tus aras,
esta noche no.
Halfas ° Dimarceleit |