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Simplemente cerré los ojos. Después de algunas horas de pensar y revolver ideas que se fusionaron unas con otras para luego separase robando la esencia de la otra, creí necesario descansar para restaurar el escenario de mi mente.



Cerré los ojos y vi todo claro, todo blanco y lleno de luz. Tú saliste de un rayo, primero apareció tu boca, que coqueta sonreía y tomaba forma más nítida, después salieron a luz tus retinas, simultáneamente con tu nariz, de repente ya tu figura estaba completa, aún pegada a la pared y te acercaste a mí, que perpleja te veía y no podía disimular sonreír. Con tu mano acariciaste mi mejilla, cuando se alejó sentí una fría brisa como las mañanas de enero, que a pesar de helar mi rostro me dejan esa dulce sensación, extraña mezcla de vida y duelo. Seguías mirándome, y yo no sé si te imaginaba o eras real.



Quería acariciarte, pero mis manos las sentí frías y no quería provocar en ti una idea herrada de ellas. No suelen estar así, sólo cuando estoy nerviosa... y creo que eso lo sabes, por ello no me acerqué, no quería que notaras lo innegable. Cada vez sentía que te alejabas más y más, quería detenerte, pero ante cada paso que daba, retrocedía un poco más. Hasta que de un salto llegué a donde estabas, en realidad no te habías movido, pero te tomé entre mis manos y te disolviste, te fusionaste de nuevo con la claridad, y aún tenía algo de ti resbalando por entre mis dedos, era frío, te sentí despegarte completamente. De nuevo el espacio era blanco, con una pequeña sombra en lo que podría ser una esquina, o tal vez no.



Jugueteaba y brincaba, yo aún me concentraba en la posibilidad de retomarte, pero en verdad aquella pequeña sombra llamaba la atención. Algo histriónica. Se alejaba y en cuanto yo bajaba la mirada de nuevo aparecía si me asomaba de reojo. -¿Has tocado alguna vez una sombra?- me decía a mí misma, como si esperaba una respuesta exterior, extrañamente la tuve. -No, una sombra no se puede tocar, ya que no es un ente físico- Sin embargo no acepté tal explicación, -Claro que se puede- comenzó diciendo otra voz -si no, ¿qué estás haciendo ahora abrazándola?- No había notado que lo hacía, pero así fue, le tenía entre mis manos que sin hacer tanto esfuerzo la sostenían.



Es cálida, vaya, jamás hubiera pensado que una sombra fuera cálida, por su color gris yo hubiera jurado que era fría (malditos estereotipos), pero si algunos juran y perjuran que no se pueden sentir. Mejor no juro nada. Es cálida y tiene un olor dulce, extraño que mi falta de olfato no se notara en ésta ocasión, y pasando los dedos por su contorno puedo sentirla, por si alguien pensó que las sombras tienen una textura uniforme, les digo que se equivocan, en algunas partes se sentía como seda, sin embargo en otras parecía el tronco de un árbol. Es extraño que ahora soy yo la que le dejo ir y me marcho.



De nuevo todo blanco, aunque pareciese que algo pasa en el subsuelo. Es espantoso ese ruido, sonidos muy graves que repican y grito intentando igualarlos, se rompe el suelo comenzando del centro (¿cuál era el centro si no tenía un inicio o un fin?). Y le sigue en todas direcciones, ahora que se ha cubierto 2 metros es como si fuera absorbido, como si se derritiera y lentamente se hunde al tiempo que absorbe el rededor. Comienzo a correr y me percato que su velocidad se equipara a la mía, si acelero acelera, si disminuyo disminuye. Pero estoy en un punto de pavor que no me permite pensar correctamente ¿si paro para? ¡Alto! ... Tiempo de ver más de cerca. Un recorrido visual, del mismo centro que comió todo empieza a emerger un líquido blanco, lleno de burbujas que comienzan a flotar por el aire. Algunas por su tamaño explotaban casi al instante de despegarse de su nacimiento. Otros en cambio flotaban libres algunos segundos. Lo rescatable eran las burbujas que chocaban entre sí, se destruía y se mezclaba de nuevo a su fuente de origen. Apesta.



- Nooo, ¿tú saliendo de esa fosa?- Mmm, es extraño, pero huele distinto, como a chocolate. Me sentiría como pecadora si comiera chocolate en un lugar así, aunque hablo en realidad de mi mente (aún tengo el sabor de boca de la sombra). Yo te cree, porque podría jurar que existe una replica exacta de ti en la realidad, pero es distinto. Te acercas y ahora sí quisiera atreverme a sujetarte. Que distinto es sentirte ahora firme, no como hace rato que fluiste por entre mis dedos. Puedo sostenerte al fin. Toco con mis dedos tus párpados, los dejo para recorrer tu cabello, tus labios. Comienzo a sentir tu piel como una roca, es muy áspera, pero no puedo dejar de pasar mis manos por tus brazos. Sangran y yo río. Arden y tu sonríes.



Ya sin manos, o algunos hilos que quedaron de ellas, me despido de ti, creo que fue un buen intercambio, tú te quedas con parte de mi y yo con el nuevo sabor de boca, a ti.




Me voy, camino firme y el suelo suena como esponja húmeda que es aplastada. Mis pies se hunden unos centimetros, los pasos van costando más trabajo cada uno. Mis pies pesan cada vez más al igual que mis manos. Mejor me quedo un rato, al fin que quería descansar. Me acuesto cruzando las piernas y mi cabeza apoyada en mis manos. Huele de nuevo como a invierno. Siento que me presiona, me voy hundiendo y mis piernas ya no me responden, mis manos parecen pegadas y me sumerjo en el suelo, todo va oscureciendo entre más me traga, oscurece más y más, sudo, grito, el escalofrio ya abarcó todo el cuerpo y yo me hundo.... ya nada...


Y lo sentí tan real.

Texto agregado el 01-11-2009, y leído por 163 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
03-11-2009 muy bien escrito! felicitaciones. snooptwo
 
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