COMO UN MAL SUEÑO
Yo te entregué mi corazón doliente
Y busqué en tu regazo, mi consuelo…
Amorosa y mujer, me abriste el cielo,
Y me acogiste, con pasión ardiente…
Un tiempo, fui la envidia de la gente…,
Mas, luego, resultaste un vil camelo…
Y aquel dulce, y tan falso, caramelo,
En acíbar tornóse prontamente…
Hoy, cuando te me cruzo en mi camino,
Desvías, vergonzante, la mirada…
¡Fue tu traición, engaño tan dañino!...
No me lo merecí…, fuiste malvada,
Tragicómico error de mi destino…
¡Al fin, mi corazón no siente nada!
EMILIOSALAMANCA
31 Octubre 2009
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