Capítulo 20


No parecía haber movimiento en la gran torre, sin embargo, se respiraba el aire de tensión entre los integrantes de los escuadrones. En ese momento, Kenshin y Aoshi llegaron para completar la formación.

- Me alegra que llegaran- dijo Kaoru- ¿Está asegurada el área?

- Sí- respondió Misao- En un radio de un kilómetro no hay civiles, podemos actuar con tranquilidad.

- Perfecto- dijo Kenshin- Es fácil volver a construir casas, pero no vidas.

Por alguna razón aquel comentario revolcó el corazón de Kaoru.

- Kenshin- dijo Kaoru- necesito que conectes la radio en la frecuencia de capitanes.

- Sí.

Aunque a Kenshin le extrañó la petición, pensaba que Kaoru tenía alguna instrucción con posibilidades de ser interceptada.

-Kenshin…- partió la joven-La verdad no sé cómo decirte esto, pero…

- Capitán, señorita Kaoru- dijo de pronto Yahiko a bordo del Golem, tengo un plan, si rodeamos la estructura, podremos ver si tiene puntos débiles.

- Me parece acertado, Yahiko- dijo Kenshin- Tú y Tsubame conduzcan la operación, iremos tras de ustedes.

- Misao, Sanosuke, sigan a Tsubame e informen de cualquier abertura o punto débil de la nave.

- Entendido, Kaoru.

- Voy tras de ellos- dijo Kenshin- Sigo con la comunicación de capitanes abierta, dime lo que tengas que decir.

- Bueno, la verdad había pensado no hacerlo nunca, pero sería irresponsable de mi parte… Kenshin, yo estoy embarazada.

El golpe para el joven capitán fue duro, por alguna razón sentía que se reptía la historia… su historia.

- Kaoru….

- No, Kenshin, no me dejaré matar, pero debes prometerme que no dejarás tus sueños e irás a Inglaterra. Ven a visitarnos, pero no te quedes por mí o por él. Prefiero un padre distante que uno que haya tenido que dejar todo lo que amaba de lado. Nuestro hijo crecería infeliz.

- Demo… - sin embargo se contuvo- Tienes razón, pero ahora debes prometerme algo tú a mí.

- ¿Sí?

- Si es niño deberás nombrarlo Kenji, era el nombre que íbamos a ponerle a nuestro segundo hijo con Tomoe… era el nombre de mi padre.

- Lo haré- dijo Kaoru aliviada y sonriente- Yo cumpliré mi promesa, tú cumplirás la tuya.

- Es un trato, Kaoru.

Aunque las cosas en apariencia se veían tranquilas en la fortaleza, distaban mucho de serlo. En su interior bullía el ajetreo y los gritos.

- Souji- dijo Shishio- Conecta la mira especial apuntando directo a el Palacio Imperial. Pronto todo Japón caerá y nacerá una nueva era… LA MÍA!

- Señor Shishio- dijo Souji mientras obedecía- El escuadrón Koto Hajime Ryû está en pleno.

- Perfecto- dijo Shishio- más hermosa la victoria. Destruiré el Palacio y además a su tonto escuadrón. Envía a los Ángeles de la Muerte.

- A su orden- dijo el robot- Atención todas las unidades, el enemigo circunda nuestra área, salgan y disparen a matar, por el señor Shishio.

- Atención, escuadrón- gritó Kenshin en la línea normal- Naves enemigas a las 12 en punto.

- Qué bien- dijo Sanosuke- Por fin algo de diversión.

- Ya que insistes- rió Kenshin- Sano , tú, Aoshi y Yahiko encárguense de las naves, el resto sigamos la inspección, debe haber un punto débil.

El fuego comenzó pronta dada la orden y se convirtió en una verdadera masacre para el enemigo. Parecía que todos los miembros del escuadrón habían mejorado mucho desde la última batalla, en especial Sanosuke, que con sus nuevas armas incluidas en el robot, parecía niño con juguete nuevo.

- Señor Shishio, nuestras fuerzas están siendo diezmadas.

- No es importante ahora, Souji- respondió- Ya tengo el Palacio en la mira. Cargando armas.…

En ese momento Kenshin vio una pequeña abertura en la cara posterior de la fortaleza.

- Encontré algo- dijo Kenshin- Cúbranme voy a entrar.

- Ten cuidado- dijo Aoshi- Puede haber más Ángeles.

- Sí.

Kenshin ingresó a toda la velocidad que su robot le permitía, era un ducto de desagüe, pero estaba totalmente desprotegido, como si hubiesen esperado que nadie lo encontrara.

- Qué extraño… un punto débil tan grande como para que quepa uno de nuestros robots no es para tenerlo sin una guardia permanente.

- Kenshin- dijo Kaoru- encontraste algo?

- Es un ducto de desagüe y que es bastante largo, voy a ver dónde termina.

- Si es peligroso, regresa, es mejor ir de a varios, no hagas una locura.

- No te preocupes, no lo haré.

El ataque en tanto seguía feroz afuera, pero cada vez eran más los Ángeles caídos.

- Señor Shishio, nuestras fuerzas han sido derrotadas, es mejor actuar en contra del Escuadrón antes que el Palacio.

- No digas tonterías en menos de un minuto todo esto habrá acabado.

En tanto Kenshin dio con algo, aún, menos esperado.

- Vaya- murmuró- definitivamente no dejaría tan descubierto un ducto que da justo en la sala de calderas.

- Kenshin...

- Estoy bien Kaoru, he dado con la sala de calderas de la nave. Si logro provocar un sobre calentamiento, todo el complejo estallará.

- No alcanzarás a salir, tonto, deja que Yahiko lo haga, el Golem puede aguantar altas temperaturas.

- No, Kaoru, perderíamos tiempo, además mi máquina aguantará suficiente mientras salgo de aquí no me pasará nada. Te comportas como mi hermanita…

Por supuesto, esto es algo que a Kaoru le cayó como bomba…

- ¡KEEENSHIIIIN!

- Sólo bromeaba. Bien ya he comenzado a crear la sobre carga, por favor, huyan del área ahora, el mar detendrá la onda expansiva hacia la ciudad, pero es mejor no arriesgarse a que algo les caiga a ustedes.

- Pero, Kenshin…

- Es una orden.

- Ya escucharon- dijo Kaoru al resto de las unidades- salgamos de aquí ahora.

En tanto en la sala de máquinas, la caldera y los tubos comenzaban a ponerse al rojo vivo y estallar.

- Señor Shishio, el Escuadrón se retira y detecto lecturas anormales en el cuarto de máquinas.

- Debe ser por el esfuerzo del arma, la he puesto en su máximo poder…. Esos tontos deben haberse dado cuenta de que ya no hay nada que hacer.

- Señor, el cuarto de máquinas se sobrecaleinta- dijo Souji sin perder la compostura.

- Sólo un poco más.

El sonido fue tan fuerte que sólo pareció un vacío de silencio, como si la Tierra toda se quedara de pronto sin sonidos, luego vino una luz intensa que incluso quienes no estaban cerca del mar la vieron… Sólo un resplandor y luego, fuego.

El Escuadrón Koto Hajime Ryû se detuvo ya lejos y observaron lo que siguió después. La torre envuelta en llamas y esquirlas. Comenzó un lento ladeo. Se veía el fuego desde la sala de controles y una figura envuelta en llamas y lenguas de fuego.

- Shishio- murmuró Yahiko.

Pronto la estructura se hundió en las aguas de la Bahía de Ciudad Edo, para siempre.

- ¡LO LOGRAMOS!- gritaron todos al unísono.

- Kenshin, lo hiciste.

Sin embargo la radio permaneció muerta. Kaoru intentó la frecuencia de capitanes, pero con el mismo resultado.

- Kenshin…

- KENSHIIIN….

Ciudad Edo, 1880 (tres años después)

Las cosas han cambiado un poco desde aquella vez, desde la Revolución de Shishio como se le conoce ahora. La verdad, la paz se ha vuelto una constante por lo que los Escuadrones fueron convertidos en fuerzas de ley y orden. Hemos recibido muchos cadetes desde entonces en particular desde aquella última heroica batalla.

Yahiko y Tsubame dejaron para siempre el Escuadrón, al poco tiempo de derrotar a Shishio, se fueron a los suburbios de Edo e instalaron un restorán junto a las tías de Tsubame, Sakura y Sayo. Nos reunimos ahí una vez al mes todos para conversar y recordar otros tiempos.

Sanosuke y Megumi se casaron hace un año y esperan su primer hijo, siguen con nosotros, pero ahora se dedican a la instrucción de nuevos cadetes. En especial Sanosuke, a quien Yahiko le dejara encargado el Golem. Desde la Revolución de Shishio nunca más lo necesitamos, sin embargo, aún así Sano insiste en no dejar de enseñar su uso a las nuevas generaciones.

Aoshi y Misao siguen igual… Bueno, casi. Desde la última batalla, temo que Aoshi ha caido en una especie de depresión que no lo deja ser él totalmente. No es que no sepa dónde está o algo así, pero a veces parece no querer hablar con nadie, ni siquiera con Misao. En todo caso, como es ella, sigue siendo su ángel de la guarda y sigue regalándole sonrisas. Más ahora que por fin pueden vivir juntos.

Saito… Sigue siendo Saito.

Yo ahora doy clases teóricas, sobre el manejo de robots en tiempos de paz y cómo evitar altercados, asaltos y peleas. Me dedico cien por ciento a mi hijo y Saito está de acuerdo que es mejor que no me arriesgue a salir en misiones, ya no más…

Kenji ya está pronto a cumplir tres años. Es la viva imagen de su padre. El mismo cabello y unos ojos entre azules y violetas. Realmente un niño hermoso, sonriente, nunca ha visto una batalla, pero cuando le hablan de las hazañas de su padre, parece como si comprendiera lo que fue estar ahí. Gracias a su padre, él ahora vive en una era llena de paz, llena de alegría.

Definitivamente, son otros tiempos.

- Mamá… soldado nuevos… Vamos!

Kaoru sonrió al ver a su hijo corriendo a sus brazos. Habían llegado los nuevos cadetes para los Escuadrones de Paz y había que recibirlos. Miró por última vez las tres lápidas a su espalda, ahí estaban las piedras con los nombres tallados invariablemente, el único recuerdo, el último recuerdo… Enishi, Tomoe…

Kenshin.

"Sin ti, Kenshin, tu hijo jamás habría podido vivir en paz y habría tenido que sufrir la pérdida de sus seres más amados. Tu sacrificio le dio la felicidad y eso él lo sabe y yo lo sé."

- Gracias por todo- murmuró Kaoru- Sayonara… Kenshin.


FIN