UN BUEN SAMARITANO
Como prototipo para un hombre “entero”,
¿Qué mejor figura que el Padre Damián?...
Entre los leprosos, dejó su dinero,
Su entrega y su carne, su vida y su afán…
Y allá, en Molokay, brilló su lucero
Misericordioso, sin Biblia o Corán,
Porque, amando al hombre, se es más verdadero,
Y los mandamientos…, en el pecho están.
Hoy te dicen “santo”…,¿para qué lo quieres,
Si entregaste el alma, sin compensación,
Tú, que renunciaste a gloria y placeres,
Y ayudaste al Cristo en su redención?...
¡Pobres y leprosas, fueron tus “mujeres”,
Sin sexo en las carnes…, sólo corazón!
EMILIOSALAMANCA
30 Octubre 2009
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