Y esta es la historia...
En el año 1949, en algún pueblo de Colombia; las familias del campo fueron desvertebradas, aniquiladas o masacradas.
Los niños, eran reclutados en los grupos alzados en armas(chusmeros), quienes decían tener una ideología, acorde con el pueblo y para el pueblo.
Los hombres, también eran reclutados y obligados a participar, otros se unían a la chusma por su propia voluntad.
José Antonio, era un niño normal campesino y lleno de ilusiones. Vivía en la vereda de “San Jacinto”, muy cerca del pueblo principal.
Su familia se componía de: padre, madre y cinco hijos, contándolo a él. De sus 5 hermanos, él era el mayor(tenía 10 años), trabajaba en las labores del campo, era dócil y soñador.
Cada mañana, antes de comenzar a trabajar, observaba el horizonte... y pensaba:
“ Algún día me iré de aquí, iré a la ciudad para estudiar y tener conocimientos que ignoro, seré un gran cantante.”
José Antonio, poseía una voz maravillosa, entonada y bien timbrada, con un poco de estudio y vocalización, realmente podía ser un buen interprete.
Con este pensamiento y pleno de ilusiones, continuo en su faena diaria, tranquilo y dispuesto para el trabajo.
Una tarde, cuando estaba en la casa, reunido con su familia compartiendo el último alimento del día, llegó hasta ellos un fuerte temblor, los gritos se dejaron escuchar, todos salieron de sus ranchos, y en el horizonte se alzaba un humo denso y negro, el susto era tremendo, en ese momento comenzaron a llegar los vecinos de otras veredas muy asustados, uno de ellos explico: “ Eso fue una explosión en el pueblo, la chusma se metió, todo es caos, debemos internarnos en el monte, o nos mataran.”
Unos lloraban, otros vociferaban contra el gobierno y los de más allá, solo pensaban en sus hijos y en huir.
Efectivamente así lo decidieron, y empacaron las pocas pertenencias que poseían, los que estuvieron listos, se fueron al monte.
José Antonio, y otros muchachos de su edad, ayudaban a cargar los caballos; de pronto en fracción de segundos se vieron rodeados por hombres y mujeres armados, su aspecto era agresivo y cínico; los que allí quedaban, se petrificaron del miedo, sin poder modular palabra. Aquellos hombres se llevaron a los muchachos, violaron las mujeres y mataron a todo aquel se les oponía.
Para José Antonio, aquello fue el fin, ya no sería cantante, sería un chusmero(ahora guerrilleros.)
Pasaron los años(15), y José Antonio, no aguantó más la vida que llevaba, era desastrosa y cruel, tenía 25 años y sentía que había vivido el doble. Decidió fugarse. Lo arreglo todo, y como pudo llevó a cabo su plan.
José Antonio... se fugo.
Se interno en el monte, corrió y corrió, hasta perderse de vista de aquel grupo subversivo. Después de 10 días de agonía, llegó a su vereda(allí quedaban algunas familias de esa época), su ranchito estaba en el mismo lugar. Enfilo sus pasos hacia allá, pero algo lo detuvo... allí parados frente a él, estaban sus padres y dos de sus hermanos. Cuando vieron que José se acercaba, uno de sus hermanos empuño un arma y dijo:
-¿Quién eres?
José Antonio: -Soy yo, José Antonio... su hermano-
El hermano: -¿ José Antonio?
- Yo, no tengo ningún hermano con ese nombre. ¡Ud. está loco!-
José Antonio: - Por Dios, soy yo, madre, padre... ¿No me reconocen?-
El hermano: - Pues no (y aun apuntándole con el arma), mire, váyase por donde vino-
Lárguese de aquí “Ud. no es más, que un extraño”-
José Antonio: -¿Porqué hacen esto?-
El hermano: - Porque no lo conocemos, porque a nuestro rancho, ha llegado un extraño vestido de chusmero, y de aquí no pasa.-
El joven se dio cuenta que todo era inútil, su familia lo repudiaba, le temían.
Entonces comenzó a caminar sin rumbo y pensó:
“ ¿Qué puedo hacer? Si vuelvo con los chusmeros, me matan por desertor, y si me quedo aquí, me disparan por chusmero, hice mal en fugarme, soy un extraño en mi pueblo”
No era justo para José Antonio, no era justo para su familia, no era justo para su pueblo, ni para sus ilusiones.
Se dirigió entonces al pueblo principal. Antes de eso, fue hasta el río se baño y cambio sus ropas con unas que llevaba en su morral. Luego de sentirse limpio, dirigió sus pasos hacia aquel pueblo.
Allí nadie lo conocía, y eso era lo mejor de todo, allí sí era verdaderamente extraño para todos, pero no indeseable.
Llegó ya entrada la tarde, y lo primero que hizo fue dirigirse a la plaza principal. La recorrió de palmo a palmo, hasta que se atrevió a preguntar:
- ¿Señor, sabe Ud. quién necesite un hombre para trabajar?
El hombre dependiente de un almacén de granos, lo mira de arriba abajo, y le contesta:
-¿ Es posible, pero... es para Ud. el trabajo?-
A lo que contestó José Antonio
:- Si señor, el trabajo es para mí, ¿sabe Ud. de algo?
El hombre:
- Bueno amigo, yo no lo conozco, pero me arriesgo porque lo necesito urgentemente. Venga conmigo.-
El hombre se dirigió hacía otra parte de la plaza, y se adentró en unas bodegas grandes, repletas de granos(maíz, fríjol, arveja seca, garbanzo), le señalo los bultos que estaban debidamente clasificados y le dijo:
- Mire hombre, estos granos necesitan ser pesados, es decir hay que libriarlos( clasificar por libras para la venta), en este sitio están las bolsas para libra y media libra. Ud. pesa por libras y medias libras, y va colocándolos en las bolsas respectivas.-
José Antonio asintió con la cabeza, y se puso manos a la obra.
Eran más o menos las 3 de la tarde, y aquel sitio lo cerraban a las 6. Había que hacer las cosas bien y rápido, aquello era como su prueba para ser aceptado.
A la 6 .30 PM. El hombre regresó a la bodega, y empezó su revisión, necesitaba ver cuanto había logrado empacar José Antonio, y dependiendo de su efectividad, así mismo decidiría si se quedaba con él.
El hombre contó lo empacado, y las expectativas sobrepasaron la realidad. José Antonio era bueno para ese trabajo, y el hombre lo contrató.
Feliz estaba el joven, se sentía útil y el temor de ser rechazado iba huyendo de sus pensamientos. Laboró allí por espacio de 8 meses, sin ningún problema.
En la bodega permanecía solo... los empleados que llevaban lo pesado, entraban y salían, no permanecían con él. Por eso se le hizo frecuente cantar, para acompañarse, su voz era preciosa.
Un día cualquiera mientras trabajaba, alguien le escucho cantar, ese alguien era la esposa de un hombre de la farándula, ella iba por su mercado allí cuando se dirigían a la finca de recreo, que quedaba muy cerca del pueblo. La mujer, se lleno de curiosidad y entró a la bodega.
- Buenos días, ¿ puedo pasar?
José Antonio se levanto de su sitio de trabajo, y dijo:
- Claro señora, siga por favor.-
- ¿Desea algo especial?
La señora: - Bueno sí, hacerle una pregunta, ¿no le molesta verdad?
José A. – No, no señora, no me molesta, pregunte Ud.-
La señora - ¿ La persona que estaba cantando, es Ud.?
José A. – Si señora era yo, que pena... ¿ le molesto?
La señora - No, por el contrario, me encanto. Y si Ud. me permite, hablaré con mi esposo al respecto, para que le escuche, él puede hacer mucho por Ud.
José Antonio, acepto gustoso lo que la señora le ofrecía. Y evidentemente ella habla con su esposo, y citaron a José, para una audición en Bogotá.
Su jefe le dio permiso, pues era un buen empleado, y José se fue para la ciudad con las esperanzas en el alma, con ese sabor de dignidad en su mente.
Dios mío, pensaba José, “ Esto es un milagro”.
Llegó a Bogotá, presento su audición, y de allí todo seguiría muy bien. Para este hombre, que había sido repudiado por su familia, que había pasado tantas amarguras. Al pasar del tiempo, y confiando en sus aptitudes, José Antonio planeaba volver a donde su familia y que esta vez vieran al verdadero José, que un día la vida y el mundo se apoderaron de él para terminar con sus ilusiones.
Las esperanzas jamás deben perderse, hay que luchar por todo aquello que hemos soñado, y es vida para nosotros. Luchar y tratar de conseguir aquello que se anhela, que no nos quede la pesadumbre de la inconformidad.
La patria sangra pero no muere.
Manrique 2004
Se reservan los derechos de autor.
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