Pendo de un hilo sujeto al ombligo cansada del mundo polifasetico y egosita, donde la luna es obscura y el sol vive entre la nube del cuerpo y la ilusion de la piel.

Pendo de un hilo sujeto a mi oido, cansada de escuchar a los sapos de cuero que vieven de los huesos ajenos.

Me dejo caer de sujeta de un hilo que sujeta mis pies cuando brinco de la cumbre del sueño escuchando el reclamo del viento, amigo iluso deseo que me vuelve lamento que me canta en las obsucras calles del lamento

Pendo de un hilo sujeto a mis manos donde los sueños de juventud caminan poco a poco tras el viento borroscoso, donde vivo del debo por el quiero, donde la luz es desconfianza las llamadas alianzas, las maigas monedas atrasadas y es cuento de no acabar.

Pendo de un hilo al preguntar ¿quien eres? y para donde caminas ingenua y soberbia, malisiosa y encodidisa cada segundo frente al espejo lo pregunto