Manito, manito,
suave niño de
alcohol, cuerpo
alegre de sosiego
indómito,
oh,
manito, manito,
no dejes que ese cuello
infantil,
tan de niño,
de bebé,
supure llanto y
letanías a este mundo,
oh mi niño,
que tu sonrisa sea
juego de todos los
días, que tu alma
sea el agua que a
mi vida devuelve el
aliento,
oh,
manito, manito...
Cogeré tu mano y
soñaré contigo,
seguiré el camino de
este grueso olvido,
y sonreirás, cuando
tu camino, deje
de ser el mío. |