Érase una vez un lunes montando en bicicleta marcha atrás,
y cuando yo pasaba el cielo se mojaba con mis lágrimas vacías.
Camino al cementerio queriendo comprar cemento para volverme de piedra,
creí toparme con afrodita en la peluquería.
Pensaba en mañana (cuando te vi por última vez)
y me arrepentí de lo que no pude hacer.
Recuerda que abriré el armario cuando quiera matarte,
tan solo uno de sus objetos te destruye en un instante..
Puse los pies en el aire para dejar de fantasear,
aunque cambiando los conceptos todo me gustaba más..
Llegué a mi casa y me congelé la comida para comer,
entonces me di cuenta que seguía en mi propia realidad,
me resultaba imposible recuperar la frialdad,
pues a mi manera las cosas eran más fáciles de entender.