Una de las cosas que no tolero es que me vean acostada, para mi esa posición es intima, además de reconocer que uno se ve patética tendida (a excepción de cuando se hace el amor), luzco chascona, pálida, ojerosa, la camisa de dormir se corre, uf, horrible. Entonces se me ocurrió una buena idea cuando tuve que operararme de la vesícula, me compré una pepona de trapo, màs o menos de mi porte y la puse en mi maleta; entonces cuando recobré la anestesia y estuve más lúcida, me levanté sin que nadie se diera cuenta y acosté a la muñeca y la cubrì con las sàbanas, después me encerré en un baño por unas dos horas aproximadamente.
Que ingenua y desafortunada idea, me liberé por dos horas de las miradas, pero después nadie me salvó de la infección que se hizo en la herida, se me desató una anemia y ahora estoy en la Unidad de Cuidados Intensivos, a la mirada de todos, me tienen desnuda, ellos pasaron a ser dueños de mi cuerpo, de mis posturas, deciden mi alimentación, me mudan y las visitas pasan sin que las pueda elegir y a cada momento.
Que gran lección aprendí, es mejor asumirse tal como es y no arriesgar la salud por cosas de apariencia.
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