Soul Train

se quema la planta del pie salvaje
cuando a media mañana corremos a la playa
repleta de recuerdos; desbordada de plenitud
corremos con el pensamiento; ubicuos y pálidos
hay culpa en ir y hay un niño que paga esa culpa
hay una mesa; un legajo de hojas y una taza de té

una moneda basta para la ruleta que hay en la plaza
y tres correrías para volver a pisar la arena blanca
dando pasos al vacío; jugando luche en la pendiente imaginaria
encandilados por el sol en la sordina de gaviotas
entonces las sombras son tesoros
como tesoro es el corazón de la sandía cuando es verano

en punto de caramelo me hundiré en el mar
aunque mi secretaria tenga que esperar en línea
instintivamente lanzaré brazadas; armaré alboroto
haré sonar el bombo de las pendejadas
el pandero de la simpleza; la matraca empática
para ver si viene un pez y me traga

del fondo del mar vigoroso y estimulante
rescataré lo extraviado; lo que un día dejé durmiendo
entonces lo meteré en el bolsillo y lo traeré a mi escritorio
¿y si no soy yo quién?
¿y si no es ahora cuándo?
¿y si no es aquí dónde?

el ser superior, ese yo esencial, el pulento
en el trance y sopor de la jornada viene a mí dos veces al día
y entonces bajo a la ficta playa cuando la marea es alta
y el café no es bueno; cuando hay legumbres de almuerzo
pero aun quedan ganas de volver a capear un tumbo
de hundir pies y manos en la arena caliente del recuerdo

hay mil maneras de romper una copa
pero sólo una de hacerla
hay un niño que por aspecto debiera ser yo
que en la orilla del mar contempla una magnífica caracola
y luego en el agua hay otro niño igualito a mí como un reflejo
que me mira feo con cara de que la caracola es suya

a lo lejos sobre mis hombros un tren de tono oxidado
burbujea la partida hacia el valle de la uva
le ondea el humo y de sus costados la gente cuelga feliz
con sus evangelios empastados en cuero,
revistas y mimbre en canasto
sueño que se convierte en canto y barullo de otros tiempos

y acá abajo, sobre la tierra, hay dos llamadas en espera…..