Tu piel es la quimera
que observé en el horizonte
después de andar a la deriva
en un mar de frustraciones

En ella aguardaba la dicha
de los roces submarinos
de las oleadas sin tregua
de tu cuerpo sobre el mío

Sin embargo ocurrió de repente
un desastre tan pasmoso
similar al del Prestige
pero ahora frente a mis ojos

Y ante eso sólo pude
hacerme un par de preguntas
aunque luego ellas me dieran
motivos para esta tristeza:

¿ Quién es el que se atreve
a ensombrecer el sendero
que se planta desafiante
entre tus blandos pechos?

¿ Quién es el zafio que
sin reserva alguna
derrama litros de crudo
sobre la costa de tus caderas?

Es el mismo que ahora tiene
las manos en tu cintura
el mismo que ahora encalla
junto a tus labios peninsulares

Es el mismo que ahora goza
de tu cabello tortuoso
aquel que me dio la derrota
sin tener que batirse en combate