Como Icaro quiero volar alto, pero tu fuego quema mis alas; mi sol eres tú. Mis alas no se sostienen más que con la cera de mis ilusiones, no las derritas con tu indiferencia. No me dejes caer al mar, rescátame con el suave susurro de tu inocencia. Implanta nuevos sueños a mi conciencia. Despiértame de la terrible pesadilla de tu olvido. Devórame el alma si quieres, ya no la necesito si me das la tuya. No reprendas ha este niño distraído que no hace más que adorarte. Si ves que vuelo alto es por ti, porque sólo así te alcanzaría.

Ven y vuela junto a mí, despega los pies de la aridez de tu razón. Volando conmigo sentirás la brisa de mi ternura, y abrazándote con una nube te diré que te quiero.

Si decides no hacerlo, me veras para siempre en la brega de llegar a ti, caeré, tal vez, pero me repondré sólo para volver a intentarlo.

Se mi compañera en esta aventura mitológica.