Sin imaginar poco a poco fui cayendo en un mundo donde la agonía eterna del corazón y el sufrimiento provocado, se hacían una forma cotidiana de existencia. Desde el amanecer hasta el anochecer, no había ni hora, ni minuto, ni segundo de tregua para estos pensamientos. Solo recuerdos de un pasado que a cada momento se aleja mas y mas, sin nada que pueda hacer para remediarlo y solo fingir en mi imaginación y cambiar de final en final, para que el dolor sea menos penetrante, pero que en cada lapso de tiempo, como ahora, sale a flote y corrompe la alegría de un ser humano y la vuelve lúgubre, no dejando curar al tiempo lo que ya debía a ver sanado y ensañándose en maltratar a un corazón que lo único que desea es volver amar, sin temor al “¿que pasara?” Mi único consuelo es repetirme lo que algún día escuche de boca de alguien, que tal vez estuviera pasando por lo mismo: “al terminar una relación, siempre uno de los dos sufre mas” y digo que es mi consuelo porque sé que el que sufre soy yo y no tu, pues creo que me mataría verte sufrir. A un ahora pasando por lo que me haces pasar, sin que tengas que ver directamente, no pierdo la esperanza de volverte a encontrar y sin dejarte tiempo a reaccionar tomarte por la cintura y besar, aun que sea por última vez, tu boca, pues tengo la ingenua idea, que si te besara todo volvería a ser como antes, volvería a sonreír de verdad y no hipócritamente como lo vengo haciendo hace cuatro años. Pues la vida que viví contigo, aunque fue corta, me hiso sentir bien en toda forma, por ello creo que el amor que te tuve y tengo lo tendré por siempre.