Un golpe, un accidente.

Mis neuronas por sueño se fundieron
en un mar de lipídicos fluidos.
Llegaron a mis hombros por los oídos
y bruma matutina se volvieron.
En la almohada entre ensueños sollozan
plácidos y moribundos, llenados
de desden aquellos conocimientos
que fuera de mis huesos descansan.
Tengo miedo de desconocer ideas
que, siendo tan propias, se alejan.
Un golpe y las columnas corintias
de mi memoria, de dolor se quejan,
se quiebran. Y olvido, puede que no creas.

La amnesia es algo insufrible, los líquidos recuerdos se funden con la nada y nos dejan desnudos ante el mundo construido mediante el frenesí de mentes activas. Sin construcciones mentales, sin palacios donde guarnecernos ante el miedo, sin sueños a los que aspirar, nos deja bañados en vacío y una curiosa soledad...