Inicio / Cuenteros Locales / Kayla / En el acantilado
Me siento desnuda sobra las rocas de un fébril acantilado bajo la caricia de un nuevo amaecer, esperando que ese egoista horizonte me devuelva mi sombra.
Las gotas de lluvia resbalan traviesas antes de comenzar la tormenta, impasible, bravía, lujuriosa, que recorre mi cuerpo como una lengua libidinosa cansada de esperar al deseo.
Escucho el rumor de las olas que, traviesas, siguen gritando tu nombre, Y escribo palabras sin sentido sobre una servilleta empapada incapaz de atraparlas.
Mi caótico orden se desvanece ante una advertencia, lo que fue un presente no es más que papel mojado.
Tu olvido se reduce a las cuatro estaciones. Arde en tu piel el calor del verano, se esconde en tus labios el dulce vino que emana el otoño, tibias flores sobre tu pelo anuncian la primavera, y mi infinita sed te convierte en invierno.
Me escondo del mundo. De ti y de mi. Me siento serena y frágil. Empapada y húmeda más por tu recuerdo que por la lluvia. Me pierdo. Inmaterial. Te olvido. Huida. Me encuentro.
Soy Feliz. Me espera la vida. |
Texto agregado el 25-10-2009, y leído por 114
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