Capítulo 7
El viento parecía haberse detenido de pronto y sólo se escuchaba el sonido de los engranajes de los robots. Ni Sanosuke, ni Fujita hacían el primer movimiento, sólo esperaban y estudiaban a su oponente, algún punto débil debe haber.
- Bien, niñito ¿qué esperas? ¿No tenías tantas ganas de atacarme?
- Estaba esperando a que tú lo hicieras, al fin y al cabo no tengo interés en atacar a un cobarde como tú. Mis amigos me esperan, ya deben haber derrotado a ese Soujiro Z.
- Veo que estás muy seguro de ti y tus amigos… Bien, entonces¡prepárate para encontrarlos en el infierno!- y descargó su metralla sobre el robot, sin embargo, Sanosuke había logrado evadir rápidamente la descarga. “Entrenar con esa comadreja de Misao, ha servido para algo después de todo”, pensó el joven, mientras flotaba a escasos metros de donde aún escapaba el humo de la metralla.
- Veo que a pesar de que eres un recién llegado, te mueves bien… Vamos a ver qué haces ahora cuando te dispare ¡con todo mi poder!
Pero antes de que Fujita volviera a descargar, Sanosuke, fue un poco más rápido y disparó su gran cañón Armstrong, inutilizando una de las piernas del robot.
- ¿Qué te parece eso? Cortesía de Sanosuke, el Bacán… prepárate a ser destruido ahora, Fujita. No llegarás a ver a tus jefes de nuevo….
- JAJAJAJA… No cantes victoria tan rápido. Me has inutilizado una pierna, pero todavía puedo disparar. Además, no querrás saber qué pasó con tu padre antes de morir o prefieres ir a encontrarlo en el más allá.
- ¿Qué dices, maldito?
- Sí… Hablo del Capitán Shihiro… Tu querido padre, líder del escuadrón Shinsengumi antes que yo. ¿No quieres saber qué pasó ¿No quieres saber cómo lo maté?
- ¡MARICÓN!- Sanosuke descargó nuevamente su cañón, esta ver con mucha mejor puntería dando de lleno en el brazo metralla- ¡Ahora te mandaré al infierno, perro de mierda!
- Eso no quitará nunca que maté a tu padre, chiquillo… Todo para quedarme con su puesto que ¡YO MERECÍA, YO Y NADIE MÁS QUE YO! Yo fue quien….- pero la frase nunca fue terminada, ya que del cielo cayeron diversos cohetes, lo que hizo que Sanosuke tuviera que evadir la onda expansiva y mirar al cielo… Ahí estaba el dirigible Ryû 1 manejado nada más y nada menos que por Saito.
- Capitán Saito- dijo Sanosuke desde su radio.
- Hace tiempo sospechaba de ese imbécil de Fujita, lástima no haberlo descubierto antes, habríamos evitado muchas muertes inútiles, empezando por la de Shihiro.
- ¿Usted conoció a mi padre?- preguntó algo incrédulo Sano.
- Claro que sí… era mi mejor amigo. Pero basta de sentimentalismos, Sanosuke. Debemos actuar rápido… Primero ¿dónde están los heridos?
- Hiei está en el tren… Hay un claro en las siguientes coordenadas para poder aterrizar sin problemas- dijo Sanosuke, mientras digitaba las coordenadas para enviarlas al Ryû 1.
En tanto, Kenshin y el Escuadrón se aproximaban al supuesto refugio de Yupon –G.
- ¿Crees que haya algo o alguien acá, Kenshin? Parece abandonado hace mucho tiempo.
- Sí… Pero me parece especialmente familiar. Manténganse alerta equipo. ¡Tsubame!
- Sí, capitán… - dijo la pequeña niña de 17 años mientras adelantaba su robot.
- Necesito que vuelvas al tren y veas qué está deteniendo a Sanosuke.
- Sí, capitán… Y capitán…
- Sí ¿qué pasa?
- Por favor, salve a Yahiko.
A todos tomó por sorpresa la petición de la niña. Era la miembro más joven de Koto Hajime, sin embargo, llevaba algunos años ya cumpliendo misiones, por lo que no siempre podían hablar de ella como una pequeña niña similar a las de su edad. Sin embargo, ese tipo de comportamiento de parte de Tsubame era tan curioso que uno recordaba que realmente no era una adulta todavía.
- No te preocupes, Tsubame- dijo Kenshin- Cumpliré mi misión como, tú ahora, cumplirás la tuya.
Y diciendo esto, logró que la chica acelerara su robot a través del bosque.
- ¿Crees que tenga alguna relación con Yahiko, Kenshin?- preguntó, Kaoru.
- La verdad no lo sé… De hecho, deberías saberlo tú, eres su capitana.
- Es que es tan reservada, que no me atrevo a preguntarle cosas de su vida como lo haría con Misao.
- Bien… Mejor dejemos hasta acá esto. ¡Entremos!- dijo Misao al verse aludida en la conversación.
Luego de inspeccionar varias veces el lugar y de paso encontrar a algunos heridos de Shinsengumi y Ishin Shishi que necesitaban atención urgente, se dieron cuenta de que el lugar sólo era una fachada para la emboscada que había preparado Fujita.
- Capitán- se escuchó en la radio.
- Adelante- dijo Kenshin- ¿qué pasa Tsubame?
- Han llegado Saito y los refuerzos, además de Tae y Megumi.
- Dile que los necesitamos para trasladar a los heridos de Shinsengumi y las Ishin Shishi que están acá. Te envío las coordenadas.
- Entendido, cambio y fuera.
- ¡Ken-san!- gritó Misao en la radio- ¡Ken-san encontré otro robot!
- Entendido, voy para allá.
Efectivamente había un robot más en las inmediaciones de la casa. Sin embargo, parecía que llevaba años pudriéndose ahí. Las ramas y enredaderas lo tenían casi cubierto… Era un robot Ryû.
- Un momento… Esto es… - Kenshin transpiraba helado. Había recordado. Este era el antiguo escondite de Yupon- G, el mismo lugar donde Enishi había muerto… El lugar donde Kenshin había perdido a su amigo y gran parte de su vida y memoria.
- ¿Ken-san, estás bien?
- Este es el robot de Enishi… Kaoru... Kaoru, te necesito acá en seguida.
Kenshin sacaba y sacaba ramas intentando desenterrar la cámara del piloto… “No puede ser que… Después de tanto tiempo… Enishi… Amigo”
- ¿Qué pasa, Himura?- en ese momento Kaoru veía al robot Kenshin desenterrando de su tumba de plantas a un robot que ella conocía muy bien- No puede ser… Es… Es el robot de Enishi.
- Parece que simplemente lo dejaron acá después de la destrucción… Ayúdame a sacarlo de acá… Quiero ver algo.
Kaoru supo inmediatamente qué es lo que pensaba Kenshin y era necesario saberlo. Así es que ayudó a sacar a ese robot oxidado de ahí y lo depositaron cuidadosamente en el suelo.
En ese momento, llegaban Aoshi y Sanosuke que había dejado todo a cargo de Saito.
- ¿Qué ocurre?- preguntó Sanosuke, evidentemente curioso.
- Creo que han encontrado el robot de Enishi después de todo este tiempo- respondió Misao intentando ser lo más respetuosa posible. Aoshi, simplemente guardó silencio.
- Kaoru-dono- dijo Kenshin de repente sacando a Kaoru de sus pensamientos- Es necesario verificar la cámara del piloto, si usted desea lo haré yo solo.
- No… Lo haré contigo, Kenshin- dijo Kaoru intentando pasar por alto el repentino trato súper formal de Kenshin- Él era mi novio y mi amigo, me quedaré acá y te ayudaré a abrir la cámara ahora.
El resto del Escuadrón trataba de no respirar siquiera. Era un momento que necesitaba de respeto y solemnidad absolutos. Afortunadamente para Kenshin y Kaoru, nadie más que sus amigos estaban presentes.
Por fin lograron abrir la cámara con cuidado y con ello el tiempo se detuvo. El esqueleto estaba intacto y con restos de lo que alguna vez fuera el uniforme de capitán. Aunque se notaba que la muerte había sido horrenda, al menos fue rápida. “Probablemente no sentiste dolor durante mucho tiempo, amigo”, pensó Kenshin mientras las lágrimas de todos los presentes brotaban sin cesar de los ojos.
Después de tantos años, habían dado con Enishi. Por un lado, el alivio de saber que podían enterrarlo junto a su hermana y podían darle todos los honores necesarios. Por otro lado, se daba rienda suelta al dolor de asumir que ya no estaba vivo y que cualquier esperanza de esas, había desaparecido.
Kaoru, por su lado agradecía poder estar en su robot para llorar sin que nadie la viera. Apagó su radio y desbocó el luto que se había negado a llevar durante todos esos años. “Enishi, al menos, te tengo conmigo de nuevo… Al menos me podré despedir de ti…”
- Aoshi- dijo Kenshin intentando disimular la emoción en su voz- Por favor, dile a Tae que necesitamos una bolsa negra… Dile que encontramos a Enishi-san.
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