Lo que Rulfo nos dejó

La pobreza, las tierras y el ambiente seco son características de un México que describe Rulfo en El Llano en Llamas, terrenos sin esperanza de vida y personajes igualmente esperanzados que luchan, asesinatos y venganzas que esperan ser cumplidas, e hijos que son malqueridos. Todo esto incomparable con la vida en una civilización de distinta cultura donde las venganzas son en masa como las guerras, los hijos son maltratados cuando tienen que lidiar con una ciudad de pocas oportunidades donde es necesario estudiar bastantes años para trabajar por poco. La misma vida es tan difícil de mantenerla con tanta comida sintética americana y deshidratada, a comparación de una alimentación natural de los campos; y la muerte que tanto nos preocupa y deprime. Debiendo ver a los relatos de Rulfo con buenos ojos, de un mundo sin tantas preocupaciones donde era mas fácil resolverlos, drásticamente pero efectivo.

Algo de leyenda refleja Pedro Paramo como en cada pueblo, siempre alguien que deja historia entre los pobladores que de todo se han de enterar, hombres acostumbrados a pueblerinas que desean acostarse con ellos porque poseen grandes extensiones de tierra y dinero pero muy poca humildad, un alma vacía y sucia. Pues así fue Pedro Paramo quien dejó muchos hijos en Comala, pero no es sólo él quien hace historia ahí, sino cada uno de los personajes que hablan sobre Pedro y sus tristes finales que dejaron a ese pueblo como un fantasma.

Mi atracción a sus relatos fueron las costumbres y diálogos de la época y los lugares, no sé exactamente como fueron pero con lo poco que he ido a ese tipo de lugares puedo darme cuenta que físicamente son como los describe. Las muertes a machetazos o el abandono de los hijos así como nuevas formas de pensar, o la debilidad de los padres ante los hijos, son las cosas que le daban sabor a los relatos.

Totalmente en contra del cambio de costumbres de una civilización a otra, la perdida en esencia de los pequeños pueblos, el cambio de un comal por un microondas y los huaraches por unos tenis deportivos.

Juan Rulfo lo dejó escrito para que nosotros pudiéramos imaginarlo tal como era.

(publicado en www.taxicocodrilo.cjb.net)