La Sombra

Cuando tenía siete años escribí una historia, la dibujé como una pequeña historieta e hice fotocopias para todos mis compañeros de clase. A los catorce años la reescribí, pero en inglés, para un concurso de cuentos en inglés en la Alianza Cultural. Desde entonces la tengo y cada vez que la leo me hace acordar a cosas muy lindas y sentimientos encontrados en un montón de palabras, que en aquel entonces, tenían un significado no tan profundo para mi como hoy en día. Las soluciones más sencillas para los problemas más grandes, están muy cerca. Cuando damos las cosas por sentado, nos perdemos de las maravillas a nuestro alrededor, de que podemos estar tranquilos cuando creemos que todo está perdido.
El título original fue “José y la Sombra” (Joseph’s Shadow), luego lo cambié por “Shadows”.
La historia habla de un niño llamado José que ama leer cuentos de horror por las noches antes de irse a dormir. Duerme con la luz encendida debido a que le tiene miedo a los monstruos que aparecen en sus cuentos. Una noche, se presenta una sombra, con forma humana, sobre su pared, le comienza a hablar y aterrarlo, le dice groserías y José no se puede dormir. Esto ocurre varias noches seguidas. Ni su madre ni sus amigos creen su historia, piensan que es todo producto de su imaginación. Tras ver agotados los recursos exteriores, no contaba con nadie en su agonía y ya no lidiaba con el insomnio, decide proponerse a si mismo algo.
Dejó de leer las historias de horror, pero la sombra aun aparecía. Cierta noche, cuando la sombra apareció, José se paró sobre su cama y le gritó “No te tengo miedo!” . Tomó su lámpara de noche y la apagó. En la oscuridad meditó por un momento, sus sentidos se abrieron y dejó caer la tensión que había sobre todo su cuerpo. Sin luz no hay sombra.

Gonzalo Mila