Siempre he pensado que caminar hacia adelante es el camino correcto, tomar decisiones, ser consecuente, afrontar las situaciones, pelear en los momentos difíciles, meditar acerca de las dudas, evolucionar mentalmente para aprender a corregir los propios errores...sin embargo, en un momento dado, se presenta una nueva situación que nos obliga a dar un paso atrás. Suele ser difícil recorrer el camino hacia adelante, cuanto más sacrificar el paso dado. A veces, para poder asumir los cambios necesito comparar, necesito adivinar un futuro incierto en base a mis recuerdos y, claro, no siempre acierto. Imagino y visualizo mis ideas, las critico, desconfío, vuelvo a verlas y, cuando creo que termino, otra vez, sólo vacío. En cuanto a ciertos temas siempre dudo y busco la forma de comprenderme a mí misma, por qué siempre recaigo, por qué aunque parece igual, siempre es distinto...
Asumo un mar de dudas que me aleja de un destino, a veces, me creo con fuerzas para cruzarlo a nado, a veces creo que no puedo ni pensarlo. Sólo tengo un motivo, algo que me revienta el pecho, algo que me impulsa a seguir queriendo, algo que ilumina un nuevo camino, pero no tan a lo lejos como para reconocer ese destino. Y después pienso en ti, y sueño contigo, y tengo que conformarme con saberte vivo, con saber que el camino que nos une nos separa, con saber que en tu mente estás conmigo. A veces odio a mi cerebro, me engaña haciéndome creer que todo lo que tengo es mío, a veces me hace verte y ser feliz por creer que estás conmigo.
A la persona que me enseñó a sentirme viva. |