Si, soy una obsesa de Duran Duran y los vampiros...

Amado Inmortal


La vida puede tornarse extraña a veces. Cosas que tú creías fantasía, son más verdades que las verdades que conocías y esas verdades son mentiras horribles, casi cuentos para niños.

Eso me pasó esa noche, viví una de esas fantasías. Por fin, después de años pude ver a Duran Duran y esa espera fue premiada con creces, ya que tendría un Meet and Greet junto con otras amigas… Un sueño hecho realidad, por fin conocería al enigmático y distante Nick Rhodes.

Me encantaba mirarlo, desde niña, esos ojos verdes, bellos, penetrantes y esa piel pálida que no parecía humana, más una aparición, un mito en sí mismo. Con mis amigas solíamos bromear con que era un vampiro, alien, cualquier criatura del tipo humanoide. Horas completas inventando historias con sus colmillos, sus mordidas, o que éramos abducidas… Salían cada historia de esas tardes, a veces noches acompañadas de un trago largo o una buena botella de vino tinto.

Y de pronto ahí estaba, frente a nosotras agotado pero feliz después de un excelente recital. Su piel pálida, que daban ganas de tocarla para saber si era porcelana o no… Sus ojos, penetrantes, únicos, un verde que no se ve muy seguido, de hecho jamás lo había visto y eso que he visto muchos ojos verdes.

- Hola- nos dijo- cuando nos vio entrar al camarín. Era el único que no estaba entretenido con alguien, ya que los otros Duran estaban con las otras chicas del Meet and Greet que resultaron ser más de las que esperaba.

- Hola- lo saludamos de vuelta casi como un sueño. No podíamos parar de sonreír y de reirnos nerviosamente, pero había que iniciar una conversación cualquier cosa antes de que llegara otra fan con más personalidad y nos quedaramos observando... Yo no iba a permitir eso, no al menos con Nick.

-Solito?- le dije yo finalmente sacando Dios sabe de dónde la seguridad necesaria

- No soy el que tiene mas fans- dijo el sonriendo, al punto que sentí que me derretía al verlo- ¿Quieres tomar algo?

-Si, claro, vodka piña, si tienes- dije devolviéndole la sonrisa.

-ah, fan del vodka piña- dijo él sacando una botella de Stolyshnaya del bar y un par de vasos con mucho hielo.

-El néctar de los dioses- dije yo inclinándome a su lado sólo para sentir su aroma, una mezcla de sudor y Eternity for men.

-Creo que tengo mejores ideas para el néctar de los dioses…- dijo él entregándome el vaso que bebí más rápido de lo que me hubiera gustado- ¿Quieres acompañarme?

Le iba a decir que no…

Miré a mi alrededor sólo para ver que el resto de mis amigas se estaba entreteniendo mucho con John, Simon, Roger. Fotos, risas, no iban a extrañarme precisamente y ahí estaba él, tenidiéndome la mano para que lo acompañara, nos largaramos de ahí...

Le iba a decir que no...

Fuimos hasta el automóvil que la banda tenía para ellos y le pidió al chofer que nos llevara a su hotel. A nadie le pareció extraño que Nick se fuera, aspi es que no le di más vueltas al asunto. Además... ¡¡¡ESTABA CON NICK RHODES PARA MI SOLITA!!!

Aunque el chofer lo miro con extrañeza, no hizo preguntas y nos llevó. Al fin y al cabo, le pagaban por trasladar a los miembros de la banda, no para hacer de niñero ni hacer preguntas.

- Tus ojos- le dije sacando coraje de Dios sabe donde- No parecen humanos.

- En eso tienes razón… Alguna vez tuve ojos verdes como la gente normal.

- ¿Que?- le dije entre riéndome y pensando que estaba drogado- ¿Quieres decirme que realmente no eres humano?

De pronto mis historias parecían cobrar vida en sus propios labios... ¿Qué sería vampiro o alien?

- Lo fui- me dijo el con un poco de melancolía- Pero hace siglos que no… ahora estoy en una banda de rock que por mi no moriría jamás… Ser inmortal esta sobrevalorado, las cosas deben tener un final.

-OK… Ya suenas como Louis en Entrevista con el Vampiro… ¿Qué le echaste al vodka piña?- bingo era vampiro, mis amigas se morirían de envidia cuando les contara.

Sin embargo, antes de que pudiera añadir otra cosa o pensar otra cosa, su piel se puso aún más pálida y me mostró esos colmillos que mas parecían de un lobo que de una persona.

- He aprendido a ocultarlo, ¿sabes? Y se lo he mostrado a muy poca gente, con decirte que sólo John y Simon saben mi verdad

- Y como es que envejeces- le dije ya con más curiosidad que con miedo- Porque honestamente yo sabía que los vampiros no envejecían jamás.

- Maquillaje… Ya veras cuando lleguemos al hotel. Simplemente, soy y seré un chico de 19 años aunque tengo 300 años. A la que me hizo, le gustaban jóvenes- dijo sonriéndo irónicamente.

- ¿Fue una ella?

- Sí, le gustaban los chicos de ojos verdes, ya tenía más de 100 años cuando me conviertió, aunque obviamente no los aparentaba y esa fue su arma para atraerme. Un joven campesino, que de protno llamaba la atención de una Lady... No iba a decir que no- dijo él mirando el vacío, tal vez recordando, tal vez queriendo olvidar.

- Mucha las vidas...- dijo yo trayéndolo a la realidad con mi voz.

- Y esta es la que mas me ha gustado…

- ¿Vas a matarme hoy?- le pregunte distraídamente, pensando que no seria una mala forma de morir.

- No... La verdad ando en busca de una amada inmortal… cuando te vi supe que eras distinta, ya tengo años de experiencia. Necesito a Meredith como una mortal en mi vida, pero la vida de los humanos es como las flores… Mueren y ya llevo 300 años solo, realmente solo.

- Y Julie Anne… ¿Nunca la amaste como para hacerla tuya por siempre?

- Oh, si la amaba, pero ella dejo de amarme a mi cuando supo la verdad… De hecho, la pobre Tatjana pago las consecuencias… Es mitad vampiro y Jules se asustó mucho, por eso huyó de casa esa vez, su propia hija había intentado alimentarse de ella. No la culpo. El divorcio fue tortuoso.

No dije nada, se notaba que aún le dolía mucho.

Finalmente llegamos al hotel. Uno de los más modernos de la ciudad. Me ayudó como un caballero que es a bajarme del auto y fuimos directo a su habitación. Afortunadamente nadie nos vio o al menos, nadie que importara.

Ahí estábamos en su habitación… El completamente joven, como cuando apareció en Planet Earth, por primera vez el año 1981. Tal como dijo, siempre joven. Se acercó a mí y pude ver su piel extremadamente pálida y sus colmillos, sus colillos más parecían indicar deseo, sexo, ganas.

-Cuántas han llegado tan lejos?- cuando ya lo tuve cerca y me agarraba por la cintura para acercarme

- A ninguna se lo había pedido, excepto a Jules y ya sabes lo que pasó...

- ¿Y por qué yo?

- Te lo dije, eres distinta y serás mi amada para siempre… Mi compañera tras la mascarada que he tenido que inventar

- Aunque luzca mayor que tú?

- Nunca serás mayor que yo- me dijo justo antes de atacar

Se acercó lentamente, podía sentir su respiración en mi cuello erizándome la piel y sus colmillos cerca, cerca, haciéndome suya, bebiendo mi sangre y de pronto me sentí vibrar mas allá de lo que toda una vida de orgasmos sería capaz de dar.

- Toma- me dijo dándome su muñeca cubierta en sangre, su sangre, la sangre de un vampiro, la inmortalidad en ese líquido rojo como el vino.

Bebí con avidez, como si fuera una criatura que necesita satisfacer su hambre. Podía sentir su sangre tibia, pura, dulce. Era deliciosa, era el verdadero néctar de los dioses.

Pronto sentí la muerte de mi cuerpo humano… Dolorosa horrible, como si me hubieran envenenado, pero de pronto todo ceso y vi con los ojos que ven mas allá de la muerte y ahí estaba el siempre joven, siempre vivo. Y era mío.

Lo tomé en mis brazos con una pasión que jamás conocí en mi vida terrena, lo abracé, lo mordí, lo desnudé con una violencia que era mas allá de todo sentido humano. Lo monté como nunca he montado a alguien. Y pude ver en sus ojos que el se sentía pleno único, como tenía que serlo, como lo esperaba durante 300 años. Por fin era uno con alguien y ahí estaba yo, su amada inmortal, tan inmortal como él.

El orgasmo que nos dimos parecía más una explosión, algo que iba más allá de todos los sentidos. Caímos en la cama rendidos, aunque con ganas de más, por lo que las caricias se extendieron por un largo rato. Ahí nos quedamos en la cama, sin hablar, felices y tal vez tramando nuestra eternidad juntos.

Dicen que los sueños son raros, que la vida puede ser rara y que las fantasías se basan en realidad y la realidad no siempre es verdadera. Ahí estaba yo, siendo una vampiro y la amada de un vampiro antiguo que resulto ser el músico de mis amores. Más que un sueño, más que la vida