Dos días y tres noches
ininterrumpidamente te lloré;
reviviendo no tan viejas promesas,
reviviendo todo aquello que debió haber sido
y nunca fué.

Dos días y tres noches
tarde en aceptar
que no era yo lo que querías en realidad;
que simplemente necesitabas volar
sin miedos y sin responsabilidad.

Dos días y tres noches
observé a mi pobre corazón
lidiar con una nueva desilusión..
sabías que me costaba, sabias que me dolía
y que en vos ciegamente creía.

Sólo un momento me tomó darme cuenta
que no eras tan esencial como pensaba,
que no valías tanto como demostrabas
y que desde hacía un tiempo ya no me amabas .

Al saber esto ahora,
sé que debo continuar con la frente en alto
y el corazón profundamente lastimado;
sé que costará confiar nuevamente
a pesar de que se repita la misma historia constantemente..
Pero sin fe en el amor,
¿qué más me quedaría en este mundo,
solitario, frío y gris?
¿Qué me quedaría para soñar, qué versos me quedarían por escribir,
qué canciones me quedarían por cantar, qué objetivos por cumplir?

Es por eso que sigo buscando
en las calles empinadas de la vida
esa persona que por fin reconozca
un ángel con las alas rotas;
no pido que las remiende ,
ni que las intente comprender.
Simplemente, que compasión tenga con ellas,
maltratadas de la vida, derrotadas del ayer.