LA NAVE EN EL TORRENTE
Un Mandala es el eco
que nos llega a la mente
procedente del Verbo
que los labios pretenden
expresando en mil voces
su razón diferente.
Es sentir el Nirvana,
la progenie de Brahma,
es desplegar el vuelo,
ser nave en el torrente,
es surcar el espacio,
infinito, omnisciente,
donde el Cielo se abre
y te acuna en su vientre.
Este bello Mandala
que hoy desgrano insolente
me transporta al substrato
de tu Ser inconciente
y descorre el misterio
que tu Esencia sublima
desde el centro profundo
que signó tu venida.
Ese cristal de petalos
que azula mis pupilas
es la tersa agua clara
con que embebes tus dias.
Esas cuerdas que vibran
con su eterea armonia,
y que escuchas absorta
con tu torso desnudo
y las alas dormidas,
son la paz que en la noche
te devuelve alegria.
Esos soles binarios
que la vista lastiman
son faros que en tu alma
reverencian la vida,
y esos ojos que observan
tu silente poesia
son aquellos que esperan
y te sirven de guia.
No conozco tu rostro,
ni que letras dibujan
tu nombre amiga mía,
pero sé con certeza,
por tu excelso Mandala,
con que luz te iluminas.
Impregnado en un Mantra
que con sánscrito idioma
la conciencia adormece,
hoy he visto tu alma
como tú la has perlado,
hoy la he visto desnuda,
la he visto, la he tocado,
y he sentido tu Esencia,
un instante sin tiempo,
derramada en la mia.
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