Mezcladas entre lágrimas y sonrisas
se esparcen nuestras antiguas caricias
que eran como de terciopelo
y poesía de corte contemporáneo.
Evoco cuando tropezabas vergonzosa
en la oscuridad que reinaba en nuestro cuarto.
Así lo preferías para no ser observada
en tus incursiones al toilette.
Los dos manotéabamos mediasnoches
con la única tranquilidad de saber
que terminados los momentos del placer
el amor se sentiria sólo y consumido.
Al compás de lo acontecido sin miramientos
en este duro mundo de cemento
sacudimos nuestros cuerpos estremecidos
y nuestra dulce y perecedera agitación.
Texto agregado el 23-10-2009, y leído por 246
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