Salía resignadamente armando del su funesto trabajo, otra vez a casa no había nada de nuevo era un presente sin futuro; paso por su antiguo colegio pero ahora no inspiraba el mas ínfimo recuerdo; como la primera vez que cruzo sus puertas tímido y desprevenido cruzo hacia un mundo nuevo; las alegrías le han sido siempre efímeras su vida no tiene particularidad el amor le ha sido siempre esquivo y doloroso. Añora ser niño de nuevo, en la casa de la abuela, los otoños fríos, las primaveras eternas en que el tiempo transcurría mas lento y la vida parecía ser más larga, todos le preguntaban que iba a ser cuando fuese grande, con orgullo respondía-ingeniero-ahora se arrepiente -para que ser grande quiero ser por siempre niño- pero la realidad es otra el pasado ha muerto. mira afuera del carro llueve en ese gran monstro llamado ciudad, trafico es denso y lento esa despreciable neblina oscura y mal oliente opaca el ocaso sin luz de sol ,cientos de sonidos se mezclan en una ensordecedora sinfonía ,sigue conduciendo más lento aun, avanza por las mismas calles de ayer por las mismas de siempre ,observa los como las plumillas van y vienen en una perfecta sincronía piensa que son igual que su existir en un finito péndulo colgado del reloj de la vida que solo la sublime muerte puede detener, ve las mismas prostitutas de antes de ayer con sus mismos vestidos de colores llamativos y diminutos ,alguien yace en suelo frio y mojado de su estomago brota un inmenso rio de sangre que tiñe de rojo los ojos de quien lo observa este juego parece habérsele acabado; impávidamente observa como infructuosamente intentan salvar su vida, solo es uno más que muere hoy otra alma anónima que es asesinada en este mundo, toma otra vez el volante siente lastima y compasión, siente miedo, nada en el océano de la desesperación-que evita acaso que me pase lo mismo?-dios, el azar, la suerte o el destino? nada de eso parece aquí existir, su único refugio es su coche ,es su cueva se siente protegido acelera la larga avenida parece nunca terminar ,baja la venta el aire frio y húmedo le da un poco de efímera calma
otro semáforo, alguien se acerca lánguido, taciturno, profundos ojos negros estira su mano implorando caridad, no habla parece sufrir de la eterna pandemia de el hambre, mira sus profundos ojos negros parecen decirle algo, hay tristeza y soledad, parece no conocer la felicidad no pude dejar de verlo, esa mirada ahora lo tortura, siente vergüenza terror aversión de si mismo arranca el auto, la luz aun sigue en rojo, estrella y se voltea, todo está oscuro no ce nada no oye nada reacciona sale del auto, su rostro esta bañado en sangre, mira atrás al semáforo busca en su bolsillo unas monedas aquel hombre de ojos negros ya no está, corre sin rumbo alguno perdiéndose en los callejones de este gran laberinto.



Un lujoso carro se detiene, la luz esta en rojo, alguien se acerca no habla extiende su mano mugrienta, está mal oliente y harapiento el que conduce lo observa, se asusta, arranca, la luz aun rojo, estrella, sale corriendo, lo alcanza a mirar, era como él, como el pasado que tenia pero ya no recordaba solo se pregunta –donde esa, donde esta aquel hombre de ojos negros.





…. se busca al ingeniero Armando Rodríguez desapareció el pasado mes, fue visto por última vez saliendo de su carro acababa de estrellarse vestía camisa amarilla…..





FIN