Nunca pensé separarme de la persona a quien yo mas amo y no es sólo porque por él estoy ahora contando una historia que lo involucra sino porque es mi mejor amigo :Mi papá .
Todo empezó una mañana gris del mes de agosto llegaba con Valeria, mi hermana mayor, del colegio.
Nos aproximamos a la puerta del comedor y escuche una frase que me dejó en shock, –Sí Lidia me aceptaron y este miércoles viajó -.Yo incrédula de lo que había escuchado entre sin saludar - ¿Viajar? ¿Dónde? ¿Cuándo nos vamos? ..pero yo no sabía -. Sé que fueron muchas preguntas a la vez pero la desesperación me embargaba.
Él me dijo todo lo que yo no hubiera querido escuchar nunca, se iba esta semana el contrato era por un año y quién sabe mas.
Mientras mi papá me contaba emocionadísimo proyectándose trabajando y contando los beneficios que iba a recibir, yo estaba deshecha y él percibió eso – ¿No te alegras por mí? – preguntó. Si estaba feliz por él pero yo no. Estaba viviendo una pesadilla, quería ordenar mis ideas, por un lado si que emocionante debe ser que tus sueños se hagan realidad pero y yo .. ¿dónde quedaba?. La relación con mi mamá no era la mejor y el siempre salía a mi favor cuando yo tenia la razón, quién me iba a llevar al colegio cantando canciones antiguas en el camino, quién se iba a sentar conmigo a ver los partidos de básquet, quién vería conmigo Tom y Jerry los domingos por la mañana, a quién le iba a contar mis conflictos y mis crisis existenciales. No, no me imagina la vida sin él. Pues es mi mejor amigo. No. Impensable.
Era lunes y se iba el miércoles, no podía creerlo es difícil pensar que esta semana estará aquí y la otra no. Llegó el día de decir “Adiós”. Odio las despedidas. Así que decidí hacerle una carta y decirle como me sentía. Pues no quería ser la “aguafiestas” de la despedida.
Y comencé a escribirla, y mis ojos se cristalizaron – “ mañana no te veré...y no se cuando durará tu ausencia”-. No podía mas. Corrí a abrazarlo, estaba en su cuarto. –No te vayas por favor – le dije. Era la segunda vez que lo veía llorar, porque la primera fue cuando no ingrese a primer grado.
Llegaba la hora. Cada vez menos tiempo, camino al aeropuerto enmudecí un silencio prolongado e incómodo, mientras mi hermana trataba de hacerme reír. Yo seguía mirando por la ventana. Esquivando las miradas de mi papá, desde el espejo del carro.
Escuchamos su llamada para abordar el avión, nos despedimos. Mi corazón se partió en dos y una mitad se fue con mi papá. Le entregue mi carta con aquellas cosas que no me atrevía a decirle.
Sus últimas palabras hacia mí fueron – Solo te pido que sigas siendo mi hija ejemplar. No me defraudes. Pórtate bien. Te amo mi niña.
Él se alejaba y todo era gris a mi alrededor. Me quedé sola.
Al día siguiente, pensé que todo era una pesadilla, salí corriendo del baño. Me fui a su cuarto a darle los buenos días.- Buenos días mamá, buenos días ......- si era cierto.
Él no estaba mas. Dolor. Camino al colegio no era lo mismo. La alegría de mi casa se había esfumado.
|