Capítulo 2
El ruido de batalla despertó a un desconcertado Kenshin. Por un breve momento creyó que atacaban el Cuartel, sin embargo, pronto se dio cuenta de que le ruido venía desde el campo de entrenamiento y que él llevaba durmiendo más de 5 horas.
- Dios! Todos están entrenando y yo acá muy bien echado- murmuró mientras corría las duchas y a ponerse su uniforme de batalla.
Afuera, Misao y Aoshi tenían totalmente acorralado al robot Sanosuke, conducido por el piloto Sanosuke, de 19 años, que se había integrado hacia muy poco a las filas del Escuadrón Ryû.
- ¿Por qué no te rindes, Sano?- dijo Misao por radio- No tienes como ganarle al matrimonio Shinomori, los mejores pilotos de todo el cuartel y todo el mundo.
En ese momento, una ráfaga de cañonazos de parte del robot Sanosuke mandó al robot Misao por los aires.
- Cuida tus palabras Comadreja- le dijo Sanosuke- ¡La guardia muere, pero no se rinde!
- Auch!- se escuchó decir a Misao- Oye, eso dolió, animal… ¡Ya verás! Nadie se burla de Misao.
- Yo me encargo, Misao… Te vengaré- dijo un muy irónico Aoshi.
Y lanzando unos ataques de cohete, inmovilizó el brazo cañón del robot Sanosuke.
- Estás desarmado, Sano- le dijo tranquilamente Aoshi- será mejor que te rindas.
- No tan rápido, Aoshi…- En ese momento Kaoru lanzaba un ataque de jabalina en contra del arma del robot Aoshi- Nunca descuides tu espalda, Aoshi, puede ser tu fin.
Así, el enfrentamiento por equipos quedaba resulto uno a uno. Misao y Kaoru quedaban para el último combate… Pero cuando ya iba a comenzar el ajetreo del entrenamiento, apareció el robot Kenshin.
- ¡Ken- san!- gritó Misao por radio- Has venido.
- ¿Me perdí de mucho?- respondió Kenshin.
- Sólo de la deshonrosa derrota de mi marido…- dijo Misao entre risas.
- Hey! Es fue un ataque sucio- respondió Aoshi a la ofensa.
- Un buen piloto nunca descuida su espalda… El enemigo no tendrá miramientos contigo- dijo Kaoru.
- ¡Auch!- fue lo último que dijo Aoshi.
- Bien, ya que somos tres, el primero de nosotros que quede en pie y con su arma operacional, gana- dijo Misao.
- Acepto- dijo el recién llegado, Kenshin
- Vamos!- dijo Kaoru.
La batalla comenzó como si de una real se tratara, los tres pilotos realmente parecía que vieran a su enemigo en los robots de sus compañeros. Kenshin, lanzó su ataque primero con su espada lista para inutilizar el lanzallamas de Misao. Su fiereza podría haber asustado a cualquiera, pero ellos tres sabían que era una cuestión de honor, incluso en los entrenamientos, el lema de su Cuartel: “Vencer o Morir”.
- Rayos, Kenshin!- gritó Misao al ver que no tuvo tiempo de reaccionar y su arma fue totalmente desmontada de la base. El vapor escapaba por todos lados y pronto, el robot Misao no tuvo más que rendirse.
- Ahora quedamos tú y yo, Kaoru- dijo Kenshin, preparando un nuevo ataque con su espada robótica. Las palancas, crujían y rujían mientras Kenshin comenzaba a preparar el robot para la guardia.
- No te será tan fácil derrotarme, Kenshin- dijo Kaoru muy segura de sí misma- No se te olvide que por algo soy la líder de Koto Hajime.
- Y yo soy el líder de Ryû- dijo Kenshin mientras su robot comenzaba a correr a toda velocidad en pos del robot Kaoru.
Lo que siguió a continuación fue demasiado rápido para la vista de los testigos… Sólo se vieron golpes y destellos de luz a lo largo y ancho de todo el campo de entrenamiento. Las transmisiones de radio entre los contrincantes estaban cortadas y sólo se podía escuchar los comentarios de Aoshi y Sanosuke que intentaban comprender lo que ocurría. Sobre todo, Sanosuke, que como recién llegado, apenas si había participado en un par de entrenamientos y misiones, pero nunca había visto a Kaoru o Kenshin actuar de esa manera.
- ¿Siempre es igual?- le preguntó Sano a Aoshi.
- A veces… Cuando a alguno de los dos le molesta algo suelen pelear de esa manera. Es una forma de descargar la rabia.
- Ya veo… ¿Quién de ellos está con problemas?
- Al parecer ambos.
Finalmente, después de media hora de lucha interminable, el arma de Kaoru fue inutilizada a duras penas.
- Te he vencido, Kaoru- dijo Kenshin mientras ponía su arma robótica sobre el cuello del robot Kaoru.
La cabeza de todos los robots se abrió y los pilotos salieron a aire puro de la mañana.
- Guau!- dijo Sanosuke con una sincera admiración- Ya veo por qué ustedes son los líderes.
Kaoru y Kenshin sólo se miraron. No estaban acostumbrados a los elogios y menos a que algún compañero de equipo los admirara de esa manera. Afortunadamente para ellos, antes de contestar algo, apareció desde los hangares una chica de anteojos furibunda.
- Ustedes no necesitan enemigos para destruir a mis robots- Megumi, de 26 años, mecánico de robots a vapor, estaba realmente enojada con todos los pilotos. Siempre era igual, tanto Ryû como Koto Hajime, eran incapaces de entrenar con las armas adecuadas diseñadas para no romper los robots.
- Lo siento mucho Megumi-san- dijo Kenshin- Pero usted sabe que preferimos las situaciones reales, al fin y al cabo, el enemigo no nos atacará con un shinai robótico en combate.
- Ya, no importa- dijo Megumi aceptando la realidad- Ah, sí… Kenshin y Kaoru, se les solicita en el despacho de el señor Saito.
Tras un breve saludo al resto del equipo, Kenshin y Kaoru comenzaron su caminata a las dependencias del cuartel.
- Era obvio que ganarías, Kenshin, por algo eres el piloto líder de Ryû y el más antiguo.
- Sin embargo, no fue fácil. Con mi experiencia, debería haber sido más rápido, sin embargo, peleaste como nunca.
Era verdad, Kenshin llevaba 10 años sirviendo al Cuartel Koto Hajime- Ryû. Su batalla había comenzado el año 1867, cuando la era Meiji comenzaba un nuevo amanecer lleno de novedades y justicia. Eran otros tiempos, cuando su amigo Enishi era líder y su esposa, Tomoe, lideraba a las Koto Hajime. Él sólo era un principiante, pero su entusiasmo y habilidades naturales lo llevaron a triunfar y ser en poco tiempo el segundo al mando de su amigo… Ahora, ni él, ni Tomoe estaban ahí para ver sus logros, para apoyarlo y para luchar codo a codo con él la última de las batallas.
- ¡Hey, Kenshin!- dijo Kaoru sacándolo de sus pensamientos- Ya hemos llegado… ¿En qué estabas pensando?
- En el pasado, Kaoru… En el pasado- Y golpeando la puerta ingresaron al despacho de Saito.
- Kenshin y Kaoru reportándose, señor- dijo Kenshin con un saludo, secundado por Kaoru.
- Cierren la puerta- dijo escuétamente el aludido, mientras los dos pilotos se daban cuenta que no estaban solos y que miembros de los Escuadrones Shinsengumi y el femenino Ishin Shishi, estaban presentes.
- El asunto que debo tratar con ustedes es muy delicado, señores, por lo tanto ruego la máxima discreción- dijo Saito refiriéndose a los dos líderes de escuadrón.
- Sí, señor- respondieron Kenshin y Kaoru al mismo tiempo.
- Bien, se trata de una petición de ayuda conjunta que nos han pedido los miembros de Shinsengumi- los aludidos dieron un salto y tomaron la palabra, casi sin permiso.
- No sé, si ustedes están enterados de la existencia de un nuevo prototipo de robot que nuestro Cuartel ha comenzado a operar hace muy poco, el Golem.
Todos los presentes se miraron sin comprender mucho… La verdad ninguno había oído hablar del Golem, a excepción de Saito.
- Bien- continuó el hombre sin prestar mayor atención a las miradas de sorpresa- Reasulta que el creador y piloto de este prototipo y miembro de nuestro cuartel, Yahiko, de 17 años, fue secuestrado en el día de ayer por una patrulla del Yupon- G.
- El asunto- continuó Saito, interrumpiendo al Shinsengumi- es que ustedes en conjunto con los escuadrones acá presentes irán al rescate del señor Yahiko antes de que lo fuercen a rebelar los planos y manejos del Golem, que es un arma muy poderosa y en malas manos puede significar el fin de Meiji y Ciudad Edo. ¡Kenshin, Kaoru!- Kenshin y Kaoru se pusieron firmes- Ustedes deben organizar una partida pequeña entre sus mejores hombres, esta noche abordarán el tren transporte de los Shinsengumi. Hoy atacaremos el cuartel donde creemos tienen a Yahiko. ¿Alguna pregunta?
- No, señor.
- Bien, retírense. Se reportarán en la entrada sur del Cuartel a las 20 horas. Es todo.
Kenshin y Kaoru se retiraron meditando la nueva misión… Si era posible no sólo rescatarían a Yahiko, sino además acabarían con los Yupon –G por todo el daño que habían causado en la vida de ellos. Era una cuestión personal.
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