La filosofía desde los griegos se ha debatido entre los que tienen el don de la Fe y aquellos que consideran que no hay que creer en cosas sobrenaturales.

Para los creyentes encuentran justificación en los filósofos: Parménides, Santo Tomás y Hegel y para los ateos: en Demócrito de Abdera, Nietzsche y Jean Paul Sartre.

“¿Cómo estamos en el mundo? ¿Qué significa esta inherencia en el mundo? Heidegger afirma que, en primer lugar estamos en el mundo como caídos —o, como traduce José Gaos en “estado de yecto”—.” (1)

Arrojados (Ortega y Gasset) o caídos (Heidegger), es la situación en que el hombre, que Heidegger llama el Daisen (el ser-ahí, el hombre) se encuentra.

Según la teoría del creacionismo, Dios creo todo, con inclusión desde luego de nosotros, el género humano. Así los creyentes no tienen ninguna duda de que eran antes de nacer.

La teoría de la evolución de Charles Darwin, refiere, que todo ha evolucionado y actualmente el inicio de todo es el Big Bang. La pregunta: ¿Qué ocasionó el Big Bang? …ahí esta la incógnita y el misterio que para los ateos es insoluble (insoluble en la acepción de: que no se puede resolver o aclarar).

(1) Ramón XIRAU, Introducción a la filosofía, “Heidegger y el ser del hombre”, UNAM, Undécima edición, 1990. Págs.: 392-399