Ocupé los nombres de Rurouni Kenshin, porque no conozco muchos nombres japoneses, pero la historia es orginal, un intento de Steampunk

Capítulo 1


Ciudad Edo 1877

La ciudad dormía el sueño de un día agitado. De vez en cuando se escuchaba el sonido de los automóviles a vapor o las locomotoras transporte que llevaban sus secretas cargas a lugares desconocidos. Nada era capaz de perturbar este sueño, sin embargo, en el Cuartel Koto Hajime- Ryû, alguien no podía unirse a este sueño y se revolcaba incesante mente en su litera: Kenshin, de 28 años, líder del escuadrón. La batalla del día de hoy con las tropas rebeldes Tokugawa había sido peor de lo que él imaginaba y, aunque habían triunfado, Kenshin no podía sacarse la sensación de derrota de encima.

Envidiaba a su compañero de cuarto, Aoshi, de 22 años, quien dormía en la litera de al lado. Considerado el mejor piloto de los robots Ryû, dormía plácidamente sin preocuparse por nada. “Qué envidia me das, amigo”, pensó el joven piloto.

- ¡Robot Kenshin!… ¡Robot Kenshin!- gritaba insistentemente una voz femenina por radio- Tiene a un enemigo atrás.

- Entendido, Robot Kaoru… ¡Cúbrame!

Kenshin, no dejaba de pensar en que Kaoru le había advertido algo tan obvio. El enemigo había aprovechado su descuido y casi le cuesta la vida o el robot o ambas. Afortunadamente, Kaoru, de 25 años, líder del Escuadrón Femenino Koto Hajime (donde empiezan las cosas), le había salvado la espalda, pero al mismo tiempo, le había mostrado lo incapaz que era a la hora de prever todo.

- Y así te haces llamar líder Ryû- murmuró el joven oficial.

Así, el joven se quedó el resto de la noche en vela pensando una manera de triunfar sin depender de nadie… “Debo entrenar más, debo lograr que mi escuadrón dependa de mí y no yo de ellos.” Así, se levantó silenciosamente y tomado su katana de entrenamiento fue al patio interior del cuartel. Todavía el sol no salía, pero había mucho que trabajar.

- No se esfuerce demasiado, Kenshin- le dijo de pronto una voz femenina cuando llevaba una hora practicando con su espada- No siempre podemos ver tras nuestras espaldas, por algo no peleamos solos.

- Señorita Kaoru- dijo el joven enjugándose el sudor con una de sus mangas- No puedo estar dependiendo de todo el mundo, soy un líder de escuadrón y debo dar confianza a mis subordinados.

- Kenshin… Eres bastante confiable ya, pero no eres un súper hombre y honestamente quitándote horas de sueño de encima, no serás de utilidad en combate.

Kaoru tenía razón. Un buen piloto de robots tenía que contar con sus horas de sueño para poder enfrentarse al enemigo en cualquier momento y Kenshin, levantado desde las 5 de la mañana y sin haber dormido nada, no estaba precisamente en su mejor forma.

- Si yo quisiera atacarte ahora- dijo la joven sacando su espada de entrenamiento- simplemente te derrotaría en menos de lo que canta un gallo.

- ¿Quieres probar?- dijo Kenshin. Sabía que Kaoru tenía razón, pero no iba a dar su brazo a torcer, así es que la desafió a un duelo- Ya sacaste tu espada… Ataca.

Efectivamente, Kaoru derrotó a Kenshin en menos de cinco minutos. Sus reflejos, con la falta de sueño y las preocupaciones simplemente no respondieron.

- Levántate- le dijo la piloto del Koto Hajime mientras le tendía la mano- Vete a dormir Kenshin… Le diré a Saito que llegarás más tarde a desayunar y que luego te irás directamente al entrenamiento con los robots… ¡Qué descanses!

Aunque Kenshin no entendía muy bien por qué la piloto estaba dispuesta a pasar un mal rato con su superior directo, le agradeció la oportunidad que tenía de poder recuperar un par de horas de sueño. Al fin y al cabo, Kaoru le había demostrado que no era necesario preocuparse tanto… “Somos un equipo, por muy líder que seas”.

Así, el joven líder llegó a su cama nuevamente y sin sacarse su ropa de entrenamiento se durmió como no había dormido en días.

Más tarde….

- ¿Así es que Kenshin aparecerá cuando se le antoje en el entrenamiento?- dijo Saito con ironía- Y a usted eso no le preocupa, Kaoru… Él pelea con usted y con un escuadrón que depende de él. No puede darse el lujo de llegar tarde.

- Señor- comenzó la joven- La verdad no me preocupa. Somos un equipo y tengo razones suficientes para confiar en Kenshin. Además nunca ha llegado tarde sin una buena razón.

Saito murmuró algo para sus adentros y dio por concluida la conversación con Kaoru. En ese sentido la muchacha había demostrado que sus argumentos valieron más que cualquier desobediencia.

- La va a tomar contigo, eso es seguro- le dijo Aoshi quien había presenciado la escena- Por cierto, tú mandaste de vuelta Kenshin a dormir¿verdad?

- Sí, Aoshi… Kenshin no había dormido nada a causa de la batalla de ayer y no estaba en condiciones de llegar a entrenar esta mañana, así es que lo mandé a dormir.

- Debe haber sido una tarea de titanes… Kenshin puede llegara ser muy porfiado- le dijo Aoshi asombrado de la naturalidad con que Kaoru le explicó la situación.

- La verdad fue bastante más sencillo de lo que crees, Aoshi. ¿Terminaste el desayuno? Debemos irnos a entrenar.

- Hey! Esperen- Misao, de 21 años, gritó desde el otro extremo del salón de pilotos. Misao era la esposa de Aoshi y se le consideraba la más eficientes pilotos de Koto Hajime. Aunque no era una excelente tiradora, era capaz de los mejores ataques sorpresas con robots y su especialidad era el lanzallamas. Aunque no dormían en la misma habitación con su marido (órdenes estrictas del Cuartel General) Ellos siempre encontraban momentos para estar juntos.

- ¿No pensaban dejarme botada verdad?- les dijo la joven esposa a los pilotos.

- No, claro que no, Misao- dijo Aoshi, dándole un beso de buenos días a su esposa- Sólo creímos que ya te habías ido.

- ¿Por qué no te creo, amor?

Kaoru miraba con cierta envidia a la pareja. Ella misma había tenido alguna vez un novio dentro del escuadrón Ryû, Enishi, el líder al que Kenshin había sucedido. Sin embargo, llevaba tres años desaparecido. Se cree que él y su robot fueron destruidos y pulverizados en el asalto al Yupon- G, en una misión ultra secreta de la que Kenshin fue el único sobreviviente… El único que sabe lo que pasó, pero que debido a sus heridas, es incapaz de recordar. Tal vez por eso, le tenía tanto aprecio a Himura, algún día podría decirle qué pasó con Enishi.

- Kaoru….- llamó Misao.

- Hey, Kaoru!- gritó Aoshi- ¡Tierra llamando a Kaoru!
- Oh! Disculpen… Estaba distraída.

- NOOOO ¿En serio? No se notó nada- dijo entre risas Misao- Bueno ¿nos vamos?

- Sí, sí… Kenshin no llegará hasta más tarde. Así es que, no vale la pena esperarlo. Vamos.

Y dirigiéndose a los enormes hangares Ryû y Koto Hajime, los pilotos se prepararon para un nuevo día de entrenamientos con sus grandes máquinas de vapor.