en un camino a la perdicion que no tiene reversa, va la barca que conduce el vicio, que no domina la razon, que se deja llevar por el placer y se desboca en cada sensacion.

Es la extensión de mi pereza una inexistencia que late, una perdida incontrolable como un llanto de hambre que jamás podrá curarse, en el exterminio de lo humano no soy siquiera bestia, es el demonio de mi más profunda maleza, que creció de tanta ilicitud…