¿Me dejas matarte?
¿Me das permiso
para exterminar a tu
familia, a tus hijos
con el pan a medio
comer?
Para eso me crea el silencio,
y la garra enhiesta de quien
no tiene tiempo para nada
más que matar a quien
el día no quiere dar de comer,
para eso tiene sueños aquel que
crea mi vida tan
silenciosa.
¿Me dejas cortar tu cuerpo?
¿O cómo el Napalm descuartizarte
cada partícula de oxígeno
que sulfura tu alma alegre?
El mundo se creó para los ricos,
¡Entiéndelo!
El mundo no es para
quienes tienen que trabajar,
para quienes
sudan en las construcciones,
el mundo es para quienes lo
manejan,
en sus casas con terminaciones
de oro,
en la casa de quienes matan
a los elefantes para
hacerse un collar de marfil,
para alfombrar el suelo
y comprar sillones caros.
Dejame tomar tu mano, que yo
en el camino a la muerte te
enseñaré a contar a las personas
que en realidad no tienen
nada más que hacer.
¿Los ves?
Tienen subterráneos destinados
para bombas inmensas,
tienen gas nervioso y se
ríen de como tiritas,
tienen el ébola ahí, esperando
a comer tu cuerpo
e infestarlo de finales
terribles.
¿Los ves?
Ellos se rien mientras en
tu casa tu tomas un cuchillo
para salir a defenderte.
¿Los ves?
Ellos crean bacterias, virus,
nanotecnología que usan en tí,
su pequeño conejillo de indias
humano.
¿Los ves?
Estás seguro de que esa
nanotecnología no está implantada
en tí y que estos movimientos
que realizas día a día, el no
salir de la pobreza, el que el
gobierno siga igual cada día...
¿Estás seguro de que eres
tu dueño y no un autómata más?
Porque ellos nos coleccionan.
Porque ellos estallan en tu
cráneo y mueres cuando
no sirves para nada más.
Y ahí estaré yo, con mis
bacterias y mis
virus,
con mis experimentos...
... Esperando a que quien ríe de
tu holocausto accione
el botón.
Y
¡Boom!
Todo terminará, y ellos ganarán
el Nobel de la Paz. |